El embalse de la Fuensanta sigue sin levantar cabeza

E.F
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Desde el 1 de enero, por sus compuertas pasaron aguas abajo más de 127 hectómetros cúbicos de agua

Foto de archivo del embalse de la Fuensanta, en Yeste. - Foto: R.S.

El embalse de la Fuensanta, en Yeste, sigue sumido en una crisis a la que no se le ve el final. Poco a poco, sus reservas se aproximan al mínimo que marcó a principios de año, de sólo 17 hectómetros cúbicos de agua almacenados.

Según el último Boletín Hidrológico Semanal que publicaba ayer el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) su vaso almacena en estos momentos poco más de 23 hectómetros cúbicos, el 11,05% de su capacidad total de 210.

Este dato es el último de una larga pero constante caída de las reservas. Desde mediados de abril, cuando se logró el máximo anual -66 hectómetros- este embalse serrano no ha hecho otra cosa que soltar agua por sus compuertas.

Según datos de las propias redes de control de la CHS, desde el 1 de enero, se desembalsó un volumen total de 127 hectómetros cúbicos. De ellos, 89 se fueron aguas abajo, hacia el Cenajo, precisamente desde mediados de abril.

Y ¿desde el Cenajo, adónde fue toda esa agua? Pues hasta la región de Murcia, ya que desde este embalse, que se explota de forma coordinada con la Fuensanta, bajaron 170 hectómetros cúbicos de agua desde el 1 de enero, de los que 128 se fueron a la cuenca baja desde mediados de abril.

Semejante desembalse tampoco ha servido para mejorar los datos del propio Cenajo, que está a sólo el 10,5% de sus reservas, lo que equivale a un volumen almacenado de  46 hectómetros cúbicos de agua para una capacidad máxima de 437.

Los otros embalses albacetenses que administra la CHS tampoco están para tirar cohetes. Camarillas almacena 14 hectómetros (38,8%), el Taibilla unos cinco (55%) y el Talave. 17 (48,5%).

Profecía autocumplida. Esta situación no es sorprendente. En realidad, es una suerte de profecía autocumplida, ya que fue el propio presidente del organismo de cuenca, Mario Urrea, quien advirtió justo en abril que se podía llegar a este punto en el conjunto de la Demarcación.

Tras la celebración de una Comisión de la Sequía, el 14 de dicho mes, hizo el siguiente vaticinio: «Todo apunta que si no hay una contención en los consumos, fundamentalmente de regadío, porque el abastecimiento es un sistema independiente de estos recursos, el escenario de final de año hidrológico sería muy comprometido; por lo tanto, hay que hacer un esfuerzo, pero un esfuerzo de contención real».

Cuatro meses más tarde, el 13 de agosto, el organismo de cuenca declaraba la situación de sequía extraordinaria en la UTEPrincipal de la Cuenca del Segura, de la que de la que dependen las zonas regables de las Vegas Alta, Media y Baja, el Campo de Cartagena, el Valle del Guadalentín y las comarcas de Águilas y Mazarrón.

Aún más, el organismo de cuenca, a través de su Comisión Permanente de la Sequía,  fijar para el período agosto-diciembre de 2024 una reducción del 49% de los derechos concesionales a todos los aprovechamientos de aguas del sistema de los ríos Segura, Mundo y Quípar que no tengan la consideración de regadíos tradicionales.

Además, estableció una reducción del 35% de los derechos concesionales a todos los aprovechamientos de aguas del sistema de los ríos Segura, Mundo y Quípar que sí tengan dicho estatus.