La Torre de Haches, en Bogarra, y el Castillo de Socovos tienen muchas cosas en común, pues forman parte de una red de y fortificaciones levantadas en la época islámica, cuando la Sierra del Segura marcaba la frontera entre cristianos y musulmanes.
Ambas fortalezas son objeto de trabajos de investigación y recuperación. En el primer caso, el de la torre bogarreña, esta semana comenzaron los primeros trabajos de prospección arqueológica, impulsados por el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta y el Instituto de Estudios Albacetenseses (IEA).
En cuanto al castillo socoveño, en vez de un inicio, se trata de la continuación y ampliación de unos trabajos que se vieron interrumpidos durante la pandemia, que afectan a la zona entre dos torres de este edificio defensivo.
La Torre de Haches se levantó en el siglo XII, en el período almohade. Se sabe que no era una edificación aislada, sino que formaba parte de un complejo mayor ahora desaparecido. Es una construcción muy sencilla, de planta rectangular y hecha de hormigón y tapial.
El edificio aguantó bastante bien hasta el siglo XX, cuando un rayo y el vandalismo lo deterioraron tanto que se temió por su estabilidad. En 2021, la Asociación Hispania Nostra lo incluyó en su Lista Roja del patrimonio, pero las adminiatraciones decidieron intervenir.
El Ayuntamiento de Bogarra adquirió el edificio y la parcela de cuatro hectáreas donde se encuentra. Alumnos del Recual procedieron a limpiar y preparar el terreno y esta semana comenzaron los trabajos de investigación arqueológica.
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