El fiscal superior de Castilla-La Mancha, Emilio Fernández García, ofreció ayer la ponencia Retos y tendencias del cibercrimen en 2024. Los criptoactivos y la inteligencia artificial en el Colegio de la Abogacía, una interesante charla para los letrados del Turno Penal y para todos aquellos interesados en un tema de total actualidad. Antes de su conferencia Fernández atendió a La Tribuna de Albacete.
Los ciberdelitos no cesan de crecer, supongo que en 2023 se ha seguido esa tendencia.
Sí, efectivamente, la ciberdelincuencia es una modalidad delictiva en constante expansión, que va aumentando año a año. Además en el conjunto de delitos que se cometen en todo el Estado cada vez tienen una relevancia más importante. Hace unos años los ciberdelitos suponían el nueve por ciento del total y ahora es aproximadamente del 20. Alrededor de uno de cada cinco delitos, de los que se tiene conocimiento se comete en la red.
¿Los delitos más habituales a través de Internet siguen siendo las estafas?
Hay un poco de todo, cuantitativamente los delitos más habituales a través de la red son los patrimoniales, porque la tasa de denuncia es más elevada, lo que implica que supongan el 80% de los ciberdelitos, pero hay muchas modalidades delictivas que no podemos olvidar, como las que afectan a las intrusiones en sistemas, el ransomware, los virus, el phishing, la problemática de los menores en las redes sociales como víctimas de hechos delictivos, la pornografía infantil… Hay muchísimas tipologías delictivas, pero lógicamente, cuantitativamente el mayor número son las estafas.
¿Cuáles son los ciberdelitos que más preocupan en la provincia de Albacete?
Nos preocupan todos, pero particularmente, por los bienes jurídicos afectados, nos preocupan los que tienen víctimas vulnerables y en particular víctimas menores; es decir, los que son de la tipología de captación de menores para la elaboración de pornografía o la distribución de pornografía infantil. También están teniendo una alta incidencia los ataques patrimoniales dirigidos, ya no sólo los genéricos que había antes, a través de mensajes de correo electrónico o WhatsApp genéricos, dirigidos en masa para ver quien pica, sino mensajes planificados para personas concretas que cuando tienen efecto, porque la víctima cae en la trampa, pues son perjuicios de decenas de miles de euros, en algunos casos.
En su conferencia habla de los criptoactivos, ¿en qué sentido?
Se trata un poco de dar alguna noción básica sobre la problemática que, desde el punto de vista delictivo, genera el uso de lo que genéricamente se conoce como las criptomonedas o criptoactivos, que la gente generalmente asocia a uno de ellos, que es el bitcoin. Las criptomonedas están teniendo una manifestación específica, por un lado porque es algo que utilizan los ciberdelincuentes para poner a salvo sus ganancias delictivas, por otro lado, porque es una forma de engañar a los ciudadanos normales y corrientes a los que se les hace creer que la inversión en criptomonedas es algo muy rentable, que es opaca y queda fuera del objetivo de Hacienda y esto provoca numerosas estafas. Por otro lado, voy a plantear un poco las dificultades que tienen las Fuerzas de Seguridad para realizar las investigaciones en los supuestos en los que hay utilización de criptomonedas.
¿Es muy difícil perseguir los delitos en los que hay criptomonedas?
No es imposible, porque la gente también tiene, incluso los delincuentes, una tendencia a pensar que lo que hace en la Internet profunda es no investigable y no es así, lo que pasa es que presenta dificultades de investigación. En cualquier caso, cada día que pasa las Fuerzas de Seguridad están en mayor disposición para seguir la trazabilidad de estas operaciones. No hay que olvidar que existe, como en todas las modalidades delictivas, un problema de personal, porque hacen falta más efectivos de las Fuerzas de Seguridad, esto es común a todos, tanto en Policía Nacional, como en Guardia Civil, faltan más unidades especializadas, con una formación constante.
En la conferencia también habla de la inteligencia artificial, ¿es también una herramienta que se puede utilizar para delinquir?
Claro, la inteligencia artificial está cambiando nuestras vidas, aunque no somos conscientes de ello, muchas de nuestras actividades cotidianas están influidas o vinculadas a la utilización de la inteligencia artificial, por parte de nuestros proveedores, por parte de las personas con las que contactamos o por los medios en los que nos movemos. La inteligencia artificial, en términos generales, es buena para la vida social y personal, pero presenta muchos peligros, porque también abre un campo, casi infinito, de posibilidades de delinquir y no hay que olvidar que los delincuentes tienen mucho ingenio y utilizan cualquier innovación para poder cometer delitos. La inteligencia artificial plantea, desde el punto de vista estatal grandes retos en cuanto a su regulación, porque todavía son muy tímidas las regulaciones de inteligencia artificial.
¿Habrá regulación pronto?
Se acaba de aprobar un proyecto de reglamento por la Unión Europea en el mes de diciembre, que entrará en vigor en 2026, en el que se trata, por un lado, de proteger los derechos fundamentales en el uso de la inteligencia artificial por parte de los Estados. Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial generativa que es la de aplicaciones del tipo chatGPT, de generación de textos, de imágenes, de sonidos, también la posibilidad de utilizar la imagen de una persona, para generar contenidos falsos o simulados, plantean muchos problemas y nuevos retos. Es un campo que va a generar muchísimas dificultades porque es un nuevo ámbito de uso de los delincuentes con posibilidades delictivas. La inteligencia artificial es buena, pero deja de serlo cuando se usa con fines delictivos.