«El expolio artístico arranca en la Guerra de Independencia»

V.M.
-

El licenciado en Historia, Diego Quirós, intervino en el ciclo de conferencias de Aluex

Diego Quirós, catedrático de Historia del Arte. - Foto: Rubén Serrallé

El ciclo de conferencias de Aluex contó ayer con la participación de Diego Quirós Martínez, licenciado en Historia Medieval e Historia del Arte por la Universidad de Murcia y catedrático de Educación Secundaria desde 2002, ejerciendo de profesor en el IES Bachiller Sabuco de la capital. Bajo el título 'Venturas y desventuras del patrimonio español: del mal regalo a la mala venta', el ponente profundizó sobre el expolio de obras de arte de nuestro patrimonio.

Un expolio que se agudizó durante el siglo XIXy la primera mitad del XX.

Sí, en esa época gran parte del patrimonio histórico-artístico español se fue al extranjero debido a la miseria, el analfabetismo, la corrupción politíca y leyes que no favorecían para nada su conservación, por ejemplo muchas obras de Velázquez, Murillo o Zurbarán están fuera del país. Todo comenzó con la Guerra de Independencia y el saqueo sistemático de los franceses, continuó en el siglo XIX con el caos de las desamortizaciones y prosiguió por las malas condiciones de vida, no existía la conciencia actual sobre la necesidad de preservar el patrimonio.

¿Algunos casos flagrantes?

Así es, hubo monasterios enteros que se desmontaron piedra a piedra y se trasladaron a EEUU, en una época en que una burguesía rica se encaprichó el arte europeo, casos como el claustro del monasterio de Sacramenia en Segovia, el monasterio de Santa María de Óvila en Guadalajara o el patio del castillo de Vélez Blanco en Almería, que se vendió por 80.000 pesetas en 1904 y hoy podemos admirar en el Metropolitan de Nueva York. Franco vendió todavía en 1957 el atrio de una iglesia románica para pagar los favores de Estados Unidos por haberle ayudado a romper el aislamiento internacional. 

¿Y en nuestro entorno geográfico más cercano?

Aquí afortunadamente hemos tenido más suerte, porque ese expolio se concentró sobre todo en Castilla y León o en Cataluña, pero el 70% de los hurtos en yacimientos arqueológicos quedan impunes, según la Policía Nacional, por falta de medios, máxime cuando España es el tercer país del mundo con mayor patrimonio artístico.

¿Continúan dándose casos de expolios actualmente?

Hoy en día se sigue dando de forma muy distinta  a través de excavaciones ilegales, contrabando de obras de arte... hay que tener en cuanta que en la España vaciada esas obras están prácticamente desprotegidas, aunque la legislación haya avanzado mucho, sobre todo a raíz de la última Ley del Patrimonio de 1985; no obstante, puedes pasear por el campo y encontrar a gente con detectores de metales, algo que está totalmente prohibido, pese a existir una concienciación sobre el patrimonio que no se daba hace 100 años.

En el caso de pecios o galeones hundidos la legislación es algo confusa, ¿no es así?

Claro, porque hablamos ya de una legislación internacional que viene a reconocer que el dueño del barco hundido es el país al que pertenece, algo que genera muchísima controversia, por ejemplo en el caso de un galeón hundido aparecido en aguas de Colombia; baste recordar el caso famoso del Nuestra Señora de las Mercedes, que naufragó en 1804 junto a las costas de Cádiz, y el litigio con la empresa  norteamericana de cazatesoros Odyssey. 

¿Vamos por buen camino para preservar ese patrimonio?

Hay muchas cosas que se están haciendo bien, conjuntos que son recuperados, por ejemplo el monasterio de Rioseco en Burgos, vamos por el buen camino en muchos aspectos... quizás una fórmula para evitar futuros expolios pasaría por hacer visitables los yacimientos y  hacer inversiones para recuperarlos, lo que también contribuiría a asentar población en la España despoblada.