Los ciudadanos llevan meses sufriendo el desabastecimiento de fármacos, situación que se agrava y se aminora en función de la temporada y del tipo de fármacos, pero si hay un medicamento cuya situación es preocupante porque llega con cuentagotas a las farmacias es el ozempic un antidiabético muy demandado por la población debido a sus efectos para adelgazar.
De esta situación advirtió ayer el vicepresidente de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) en Castilla-La Mancha, Luis García, que informó que si bien el ozempic «no tiene indicaciones para tratar la obesidad, se está haciendo un mal uso del mismo para adelgazar». Además, indicó que «hay en el mercado otro grupo de medicamentos que tiene indicación para combatir la obesidad pero que también está en una situación de desabastecimiento». En ambos casos, García reconoció que «son fármacos bastante efectivos para la pérdida de peso, y si bien en algunos casos es necesario porque la reducción de peso no está relacionada con la dieta y el ejercicio, en otros se sobre abusa de este fármaco».
De hecho, el vicepresidente de Sefac aclaró que si las farmacias hubieran atendido toda la demanda del antidiabético citado la dispensación de este medicamento se habría multiplicado por 10 con un crecimiento exponencial.
Pero además faltan otro tipo de fármacos de uso muy frecuente, como amoxicilinas en jarabe y en suspensión, paracetamol en sobre, un conocido antidepresivo y ansiolítico del grupo de las benzodiacepinas como es el lexatin, o algunos colirios. «Siempre que haya alternativa terapéutica no hay problema porque se sustituye por otro medicamento del mismo principio activo, aunque no ocurre así con algunos de estos últimos cuya comercialización y distribución por parte de los laboratorios a las farmacias escasean en los últimos tiempos», agregó García, que recordó que muchos de los desabastecimientos son puntuales, por ello la Aemps en su web informa del inicio y el fin del suministro, así como la relación de los que se encuentran en esta situación que son más de 800.
Luis García aseguró que si bien los farmacéuticos intentan solucionar este problema con sus pacientes, esta situación cada vez les genera más estrés en su actividad diaria. «En los pueblos es verdad que lo tenemos más fácil porque tenemos un contacto directo los farmacéuticos con los médicos y rápidamente adaptamos el tratamiento del paciente cuando escasea», aunque criticó que no exista una herramienta que facilite la comunicación digital bidireccional para mejorar la eficiencia en la búsqueda de soluciones para los pacientes y garantizar que los prescriptores tengan un acceso oportuno y fiable a la información en los casos en que haya que sustituir los medicamentos.
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