Casi el 70% de los pacientes hospitalizados en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete están recibiendo antibióticos como tratamiento curativo o preventivo de sus procesos de salud, «pero la realidad es que la mitad de ellos no los necesita».
Así lo indicó el doctor Juan Carlos Segura, facultativo especialista de Medicina Interna de la GAI de Albacete y coordinador científico-técnico del Programa de Optimización del Uso de Antibióticos (PROA) en Castilla-La Mancha, que informó que dado que existe un abuso de los antibióticos «nuestro programa lo que se encarga es junto a farmacéuticos, microbiólogos y otros responsables de distintas especialidades del ámbito hospitalario es analizar a diario la evolución de los pacientes ingresados en el Complejo Hospitalario de Albacete con infecciones y que reciben tratamientos de último recurso, es decir, antimicrobianos que son muy potentes y que hay que reservar para cuando son estrictamente necesarios».
De esta forma, este comité de expertos realiza una vigilancia activa y analiza a diario a unos 20 pacientes hospitalizados en la capital para ver si el tratamiento que reciben está bien prescrito e indicado. «Si el comité considera que no es antibiótico adecuado asesoramos al médico que lo ha recetado para que cambie el tratamiento, por otras alternativas, o incluso que lo retire de no ser necesario», agregó el doctor Juan Carlos Segura, que contabilizó en 3.000 los pacientes inmersos en este proceso de vigilancia activa al año, por ser los que reciben como tratamiento antibiótico el grupo de los carbapenémicos.
De estas asesorías diarias que realiza este grupo de expertos a otros compañeros sobre sus pacientes ingresados en los dos hospitales de la capital, en el 80% de los casos son tenidas en cuenta.
Además, desde la implantación de las medidas contempladas en este programa en 2018, el doctor Segura destacó que se ha notado un descenso del consumo de antibióticos del 50% hasta la llegada de la pandemia, porque el Covid volvió a disparar el uso de los antimicrobianos sobre todo en la primera ola, «porque se utilizaron muchos de ellos y se crearon muchas resistencias para los gérmenes sobre todo en los casos de pacientes con neumonías graves que ingresaron en la UCI que precisaron de los llamados carbapenémicos».
El problema es que en las últimas tres décadas no han aparecido nuevas familias de antibióticos y el abuso de los actuales ha generado y sigue generando resistencias, lo cual es uno de los principales problemas de Salud Pública a nivel mundial. «Se trata de un problema muy serio, es una auténtica pandemia silenciosa, ya que el hecho de no poder tratar a bacterias porque se han hecho resistentes a los antibióticos que tenemos incide en el desarrollodo de la medicina moderna», tal y como informó el doctor Segura.
El especialista en Medicina Interna recordó que «cuando hacemos un trasplante, una intervención quirúrgica o un parto a los pacientes afectados siempre se les administra antibióticos para evitar infecciones».
La relevancia de este problema es máxima en el actual contexto de escasez en el desarrollo de nuevos antibióticos, según apuntó el coordinador regional del PROA «ya que no tenemos nuevas familias de antibióticos desde hace 30 años», indicó el doctor Segura,y la realidad es que «estamos luchando con gérmenes cada vez más agresivos con armas del siglo pasado, lo que nos obliga a cuidar los antibióticos que tenemos para utilizarlos cuando ocurren este tipo de infecciones de una manera adecuada y no gastarlos antes de tiempo».
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