En el marco de la celebración de la Semana Europea de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, con el objetivo de concienciar para promover la prevención de este tumor entre las mujeres, la doctora Llanos Belmonte, especialista en Ginecología y Obstetricia de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, recuerda que se trata de una patología grave que es ocasionada por múltiples factores, uno de ellos el virus del papiloma humano (VPH).
Al año se diagnostican más de 600.000 nuevos cánceres de cuello uterino, de ellos unos 2.000 en España, pero lo peor es que se cobra más de 4.500 muertes en el mundo, 700 en España. En la provincia de Albacete, según datos del Observatorio del Cáncer de la AECC, en 2023 se diagnosticaron 55 casos de este tumor en mujeres de la provincia de Albacete.
El cáncer de cuello uterino es un tipo de cáncer que se produce en las células del cuello uterino, la parte inferior del útero que se conecta a la vagina.
Según la doctora Belmonte en las últimas décadas se ha constatado la incidencia directa del virus del papiloma humano en la aparición de este tumor, de ahí que la incidencia de este cáncer en los países desarrollados sea menor a lo que lo es en los que están en vías de desarrollo donde no existen programas de cribado ni un acceso como en España a la sanidad pública.
La ginecóloga del CHUA insistió en que la principal herramienta para prevenir el cáncer de cuello de útero es el cribado, además de la vacuna del virus del papiloma humano que es una realidad desde hace dos décadas en el calendario vacunal y evitar contraer este virus por transmisión sexual por relaciones sin protección.
La doctora Belmonte aseguró que el gran problema del cáncer de cuello de útero es que a diferencia de otros cánceres éste afecta a mujeres jóvenes, entre los 30 y los 60 años, y da la cara en un gran número de casos en fases avanzadas, de ahí que las posibilidades de curación y supervivencia se reduzcan notablemente.
«El virus del papiloma humano tiene la capacidad de integrarse en las células que infecta y transformarlas a un cáncer, algo que puede ocurrir en varias zonas de la anatomía humana, puede afectar al aparato genital femenino (produciendo cáncer de cérvix, de vulva y de vagina), cavidad oral y faringe; al pene y al ano», añadió la facultativo especialista de Obstetricia y Ginecología del CHUA, que no obstante señaló que «a través del cribado se disminuye la incidencia de este cáncer y los casos diagnosticados, principalmente porque detecta lesiones en estadios precancerígenos, podemos detectar el tumor antes de que se desarrolle el cáncer, porque desde que uno se infecta por el VPH hasta que se desarrolla el cáncer pasan en torno a 20 años».
Hasta hace unos pocos años, tal y como relató la doctora Belmonte, la forma de diagnosticar este cáncer era a través de la realización de una citología. En los últimos cuatro años en Castilla-La Mancha se ha implantado un tipo de cribado poblacional que en mujeres mayores de 30 años en adelante consiste en hacer una determinación del virus del papiloma humano cada cinco años y una citología en mujeres más jóvenes con edades inferiores a 30 años, que se repite cada tres años, en lugar del oportunista que funcionaba antes a demanda de las mujeres que lo pedían. De esta forma, según la doctora Llanos Belmonte siete de cada ocho mujeres que tenían este tipo de cáncer no se había hecho el cribado».
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