Alejandro Peñaranda tiene mucha fe en sus posibilidades

Pedro Belmonte
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El diestro asegura que es uno de los inviernos más productivos, porque, «desde que toreé la última corrida de toros en Munera, no he desconectado nada del toro» y sigue con su rutina

Pasaje de una faena de Alejandro Peñaranda en la plaza de toros de Albacete. - Foto: José Miguel Esparcia

El mundo del toro está lleno, y no vamos a descubrirlo ahora, de graves injusticias que se cometen por parte de empresarios, que valoran más las recomendaciones que el propio mérito de los toreros, que es como debería ser. A pesar de todo, los toreros no tiran la toalla y esperan con ilusión que pase el tren por su puerta, porque eso sí, siempre pasa, aunque solo sea una vez en la vida. Es el caso de Alejandro Peñaranda, un torero al que se le prometió una alternativa buena en una feria importante y una vez conseguidos los méritos, donde dije digo, digo Diego y la temporada se quedó desestructurada y sin tener muy claro por donde seguir. Ahora, con las cosas claras y la ilusión al máximo, afronta un año el 2025, que sin saber lo qué ocurrirá, le da la esperanza de que todo llegará y conseguirá su sueño. Condiciones no le faltan, pues es sin duda un torero que aúna clase, valor y variedad, ingredientes básicos para funcionar.

«Está siendo uno de los inviernos más productivos, porque desde que toreé la última corrida de toros en Munera, no he desconectado nada del toro, siguiendo mi rutina de entrenamientos como si estuviese en plena temporada y además este año he podido hacer más campo que otros años y lo que te hace evolucionar es seguir toreando. Estoy muy centrado en crecer como torero y el año que viene, aunque solo haya toreado dos corridas de toros contando con la de la alternativa, que se vea a un torero más hecho de lo que debería estar con tan solo dos corridas».

La importancia de los inviernos. «Eso lo tengo muy claro, porque desde que me lo decía Sergio Martínez en la Escuela Taurina, se me quedó en la cabeza, porque uno no puede empezar a prepararse cuando llega una fecha, porque al final llegas tarde. Por eso mismo, desde que terminé el año pasado en Munera, la preparación ha sido máxima como si tuviera la siguiente unos días más tarde».

Navidades. No ha parado ni en Navidad. «Tengo la suerte de tener en Iniesta, donde está mi familia y paso estas fechas, al banderillero y amigo Jorge Pardo, que también es de ahí, y en vez de parar hemos estado entrenando los dos y hemos pasado unas navidades muy productivas para los dos».

La ilusión por las nubes. «No es fácil mantener la ilusión cuando todavía no sabes nada de lo que va a pasar en la temporada, no tienes ninguna fecha, van apareciendo algunos carteles y tu nombre no aparece, pero la verdad es que me ilusiona el entrenamiento diario porque noto la evolución y para mí es lo que más me motiva y me llena, como ir a un tentadero y que salgan las cosas como yo quiero, por lo que ese convencimiento es fundamental porque si no es así y solo pienso en lo que voy a torear y lo que me espera, no sería feliz y me descentraría de lo que tengo que hacer, que es torear».

La de 2024, una temporada rara. «Empecé en Fallas, corté dos orejas, pisé plazas y ferias como San Isidro en Madrid, donde pude cortar otra oreja, con vistas a tomar una alternativa buena y torear un poco más y al final, por unas cosas u otras, tuve que tomar la alternativa en Tarazona de la Mancha, que estoy muy contento y orgulloso de haberla tomado allí, porque fue el día soñado y disfruté al máximo de ese día, pero luego poder torear solo una corrida en Munera, se hace complicado. Esto acaba de empezar, queda mucho por delante y siempre he dicho que cuando pase el tren, que siempre pasa, que me pille preparado para subirme y no me pille durmiendo».

Había preparado una corrida al día siguiente de la alternativa en Iniesta, y no se celebró. «Estaba todo preparado ya que sacaron el pliego y el cartel hecho, pero un empresario que se dedica a desmontar festejos, vetó el pliego y al final ya no daba tiempo ha hacerlo de otra manera. Esto jode porque al final, un pueblo sabemos como es y al final hasta se llegó a escuchar que yo no había querido torear en mi pueblo y esas cosas molestan, más que a mí, a mi familia y yo lo que quería era presentarme en Iniesta como matador de toros y que me vieran, dándome igual el cartel y el dinero, pero bueno, este año, si se dan las condiciones, me presentaré de matador de toros».

Cuando se confeccionaron los carteles de Albacete, tampoco se sabía cuándo tomaría la alternativa y no pudo entrar. «Al final, todo fue un poco de corre prisas y esperando a las decisiones de otros toreros y no pude entrar en la Feria de Albacete porque no sabía si sería matador para esa fecha y es lógico y normal que no me pusieran, pero confío que este año pueda encajar en un cartel de la feria porque creo que hay una hornada de toreros jóvenes y buenos en Albacete y me gustaría poder competir con ellos».

Una buena conjunción con el apoderado. «La verdad es que con Luis Garrido hay una gran relación de amistad y somos felices estando juntos y si Dios quiere va a seguir así porque es un apoderado que se parte la cara por mí y pelea todo lo que puede, lo más importante para mí, más allá de si lleva más plazas o menos y confío plenamente en sus decisiones y en el trabajo que está haciendo, creo que me está llevando de una manera muy correcta, muy difícil en los tiempos que corren y siendo tan joven es capaz de llevar mi carrera tan bien como la está llevando».