Es una de las grandes exposiciones del año, una sensación inesperada. Una muestra que devuelve a la vida toda una odisea de la España rural, la de los pueblos de colonización y sus habitantes. Entre 1939 y 1971, el Instituto Nacional de Colonización (INC) creó de la nada 300 pueblos. De ellos, cuatro están en Albacete: Aguas Nuevas, Cañada de Agra, Mingogil y Nava de Campaña. Estos cuatro pueblos y muchos más protagonizan la exposición Pueblos de Colonización: Miradas a un Paisaje Inventado, abierta con gran éxito en el Museo ICO de Madrid hasta 12 de mayo.
Está formada por 200 obras, entre fotos, planos, documentos, dibujos y publicaciones, recogidas, seleccionadas y ordenadas por Andrés Patiño y Ana Amado, los comisarios de la muestra. Pero el auténtico valor de la muestra reside en las manos, las caras, las miradas y las historias vitales que hay detrás de las imágenes, las de los colonos que se atrevieron a partir de cero en una España muy distinta a la de hoy.
Como es conocido, estos pueblos del INC estaban pensados para albergar colonos, dándoles casas y tierras de regadío, y además, en el caso de los tres hellineros, de Mingogil, Cañada de Agra y Nava de Campaña, llegaban en unos momentos en los que comarca estaba bajo mínimos, económicamente hablando, una vez se habían iniciado las obras de las infraestructuras hidráulicas de las pantanos de Camarillas y el Cenajo, tal y como explicaba en el trabajo que sobre las colonizaciones hellineras hizo Daniel Carmona y que publicó el IEA.
Empiezan las obras. Sea como sea, en 1962 empezarían la construcción de los tres pueblos de colonización hellineros para finalizar dos años más tarde, momento en el que, por otra parte, llegarían sus primeros habitantes, los primeros colonos. La mayoría de los colonos que los habitaron procedían de la propia comarca hellinera o de sus inmediaciones, pero también de la sierra e incluso de las provincias de Valencia o de Alicante.
Pero ¿cómo eran en aquel entonces Mingogil, Nava de Campaña y Cañada de Agra? Mingogil, según describe la Asociación Campos de Hellín, disponía de 80 viviendas de dos tipos diferentes para colonos y de 16 para peones agrícolas, mientras que Nava de Campaña lo hacía con 134 viviendas para colonos agrupadas en manzanas y de 13 para obreros agrícolas, lo que igualmente le convertía en el más poblado de los tres, y finalmente, Cañada de Agra con 80 viviendas para colonos de patrimonio familiar con sus dependencias agrícolas y 24 viviendas para colonos de parcela complementaria. Además Mingogil disponía de varios edificios públicos que se alineaban en una espaciosa plaza rectangular, lo mismo que Nava.
Mingogil y Nava de Campaña fueron, según explica la Asociación Campos de Hellín, proyectadas por el arquitecto Jesús Ayuso Tejerizo y la tercera, es decir, Cañada de Agra por el también arquitecto José Luis Fernández del Amo.
Nava de Campaña se construiría y se levantaría junto a la conocida como Vereda de los Valencianos que acabaría convirtiéndose en carretera lo que, por otra parte, le hizo especialmente peculiar, mientras que Cañada de Agra, por citar otro de los tres pueblos hellineros de colonización, se ubicaría en una ladera de fuerte pendiente, lo que hizo, por otra parte, que el trazado de sus vías de circulación se desarrollasen según las curvas de nivel, así como que prácticamente no existiesen calles rectas, que la zona central se ubicase en torno a una plaza porticada o que en el lugar más recogido y ocupando una posición elevada, se ubicase el correspondiente conjunto parroquial.
No obstante, a partir los años 80 el Ayuntamiento de Hellín se haría cargo de los servicios de estos tres pueblos de colonización construidos en el régimen franquista a la vez a que los colonos se les daba la opción de hacerse con la vivienda y su parcela. Los pueblos de colonización nacieron con la vocación de ser municipios y si bien, los tres de Hellín, hoy por hoy son pedanías, el cuarto pueblo albacetense, es decir, Aguas Nuevas es el único que es Entidad Local Menor en la provincia.
Aguas Nuevas, como es conocido, tiene su origen en la inauguración que en 1961 hizo el Instituto Nacional de Colonización del alumbramiento de aguas del Pasico, a 10 kilómetros de la capital. Esta inauguración trajo consigo en primer lugar la proyección de un pueblo para futuros colonos y en segundo lugar a su levantamiento sobre 1.500 hectáreas de regadío correspondiendo a cada una de las explotaciones que estaban en proyectos entre ocho y 10 hectáreas. El arquitecto encargado de su proyección fue José Luis Fernández del Amo, el mismo de Cañada de Agra en Hellín y los solares para edificación tenían 650 metros cuadrados y había diferentes tipos de casa. Sus primeros moradores procedían tanto de las pedanías y como de municipios de los alrededores, salvo la capital albacetense, de la sierra e incluso de las cercanas tierras valencianas y en su mayoría, además, los que venían a vivir eran conocedores del trabajo de las tierras. Además, igualmente hay que señalar que el nacimiento de Aguas Nuevas se hizo coincidir con la puesta en marcha de una Escuela, la de Capacitación Agraria, y cuyo fin no era otro que enseñar el oficio de agricultor a quien no lo sabía o simplemente ayudar a adaptarse a los nuevos tiempos, a cambiar el arado tirado por caballos por el tractor.