La coordinadora estatal ConBici realiza, de forma periódica, un análisis de la calidad del aire de una veintena de ciudades. Albacete está entre ellas y aquí se sirve de las mediciones que recogen los voluntarios de la asociación de ciclistas urbanos, Curba, que llevan unos aparatos de recogida de datos portátiles que, una vez recogidos, remiten a la técnica contratada para este proyecto en la coordinadora y se realizan los diagnósticos.
Albacete acaba de recibir el más reciente, el que se ha elaborado con datos que se han recopilado «desde finales de 2023 hasta mayo de 2024», expone Paco Pérez, responsable de este proyecto en la asociación Curba. «Una de las conclusiones principales que revela es que el 41% de las mediciones hechas superan el valor recomendado por la OMS (Organización Mundial de la Salud)». Un dato que, para Pérez, evidencia que «las cosas no van muy bien».
Hacer de pantalla. La constatación de que la calidad del aire ha empeorado se une a una circunstancia 'inesperada' que se ha producido en los últimos años, derivada de una medida a priori beneficiosa para la movilidad: «los resultados permiten aventurarnos a decir que ha habido un 'efecto frontera' motivado por la peatonalización del centro».
¿Esto que quiere decir? Pues que «la nueva zona peatonal obliga a que haya una circulación de vehículos por otras vías que la circundan y que antes no tenían esa carga de tráfico», y esa mayor intensidad ha derivado en unos mayores niveles de contaminación.
El informe anterior, correspondiente al segundo semestre de 2023, planteaba, al Consistorio -al que se le envían los resultados, el diagnóstico y una serie de recomendaciones-, y a los voluntarios que se encargan de tomar las mediciones para este proyecto, que prestaran especial atención a tres zonas de la ciudad en las que se observaba una mayor acumulación de partículas nocivas en el aire, y una de ellas era, precisamente, la zona centro.
Y menciona, específicamente, que ese fenómeno se ha producido en calles concretas, como Alcalde Conangla, Batalla del Salado o la calle Caba.
Por ese motivo, en este último semestre se ha prestado la especial atención demandada y los datos han confirmado esa tendencia: que son vías que, al haber notado un incremento de tráfico, también lo han hecho de emisiones de vehículos y partículas nocivas. No solo en esas tres vías, en las que se ha notado «especialmente» este comportamiento, sino también en otras céntricas, como Baños o Feria.
Ciencia ciudadana. El estudio de la calidad del aire, dentro del proyecto Cycling with Clean Air (Pedaleando con aire limpio), impulsado por la coordinadora estatal ConBici, es proyecto de «ciencia ciudadana», como la define el coordinador del mismo en Curba, con datos que han tomado con medidores portátiles voluntarios de esta asociación en sus desplazamientos en bici, y que han recibido formación para «hacer un correcto uso de los aparatos para medir».
Además, para este semestre, «por primera vez», se han recogido también en el informe las mediciones de calidad del aire de las estaciones fijas que tiene el Ayuntamiento repartidas por la capital.
Con los datos recopilados, filtrados y analizados, desde la coordinadora estatal ConBici -que es la impulsora del proyecto- se les han enviado las conclusiones a la veintena de consistorios de ciudades en las que se han hecho las mediciones, acompañadas de una serie de propuestas para tratar de revertir la situación.
«Al Ayuntamiento de Albacete se le ha trasladado el informe y recomendaciones para tratar de mejorar la implantación de la Zona de Bajas Emisiones», que la Administración Local debe acometer sí o sí, porque una de las conclusiones principales que advierte este estudio es que «ha habido, por un lado, modificaciones en sentidos de circulación y, por otro, prohibición de circular por otras zonas» que ha llevado a ese 'efecto pantalla'.
El Ayuntamiento dispone -argumenta Pérez- de los datos de circulación, de las calles por las que ahora pasan más vehículos de los que pasaban antes de estas medidas, los momentos de mayor congestión… y esa información, plantea el representante de Curba, la debe utilizar para hacer una planificación más equilibrada.
«En cuestiones de movilidad urbana, el trabajo tiene que ser, en lo local, totalmente integral y global» porque -insiste- «no es suficiente con peatonalizar zonas o con cambiar el sentido de algunas vías para agilizar la entrada y salida en el centro de la ciudad, que es lo único que ha hecho el Ayuntamiento».
En su lugar, un trabajo «de zonificación para descongestionar y descarbonizar el tráfico requiere de muchas más medidas» y ahí, apunta, las Administraciones locales cuentan con dos manuales «muy válidos» que han redactado desde la FEMP (Federación de Municipios y Provincias) y desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
ZBE por definir. Se trata de actuar de forma integral, y paralela a la implantación, obligatoria por Ley, de la Zona de Bajas Emisiones. El informe de ConBici, de hecho, también se refiere a ésta y expone que «a finales de 2023 la ciudad de Albacete no tenía definido su proyecto de ZBE» -y el Ministerio, en la herramienta desarrollada para ver el ritmo de puesta en marcha de estas zonas en las ciudades del país, tenía recogida la albacetense como «en trámite de aprobación». El paso más reciente -alude el informe de ConBici- fue en febrero de este año, cuando el Ayuntamiento de Albacete «ha publicado el diagnóstico ZBE y celebrado una segunda mesa de movilidad pero no se conoce todavía la propuesta de delimitación de la ZBE».
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