Se quedó en las puertas de proclamarse triunfador de la Copa Chenel el pasado domingo, tras superar esa final a tres junto a Luis David Adame y Víctor Hernández, llegando a la finalísima, que se le fue al no tener la suerte necesaria en su lote y la espada, que no quiso entrar a la primera. A pesar de todo, Molina dio una dimensión excelente de torero técnico y con mucha clase, poniéndose donde deben embestir los toros y sacando toreo profundo, sin concesiones ni superficialidad, toreo bueno.
Provoca contrariedad cuando rozas el trofeo con las puntas de los dedos, pero la imagen que desparramó Molina durante todo el certamen fue la de un torero al que no es imprescindible que le embistan los toros, porque es capaz de hacerlo bien con los toros complicados y medios, bordándolo cuando sale el bueno. Todos los aficionados han tomado nota de este torero al que hay que ver, con vitola de figura, aunque todavía no lo sea.
«Al final tiene que quedar un ganador y esto no quiere decir que quien no la gane sea peor torero que quien la ha ganado. Ni yo sería mejor que Víctor si la hubiese ganado ni soy peor por no habérmela llevado, hay que tener la balanza equilibrada y ni uno es tan bueno cuando las cosas vienen bien ni es tan malo cuando vienen mal, me siento ganador en el aspecto personal de saber que he llegado a la gran final, que no era fácil por los grandiosos toreros que han participado en esta edición. Uno tiene que perder y otro ganar y me ha tocado el segundo lugar al no estar la suerte de mi parte. Estoy orgulloso de mí y sobre todo de haber llevado el nombre de Albacete a lo más alto».
Da un poco de vértigo echar la vista atrás y ver los 21 toreros que han participado. «Era algo muy difícil y como antes decía, muy buenos toreros que merecían también esta final y tampoco me puedo quejar sobre todo porque he llegado a la final por méritos propios, siendo yo mismo y la gente lo ha sabido ver».
Mala suerte con el lote y la espada. «Antes me refería a la falta de suerte precisamente por el lote mío, que tuvo más dificultades para triunfar, pero me fui al hotel satisfecho de no haberme dejado nada dentro y, aunque hubiese entrado la espada, no creo que le hubiese ganado, porque fue más de tapar defectos, de intentar crear algo que era muy difícil de sacar. Sobre todo estoy contento con el toro de Victoriano del Río, que la gente se puso muy a la contra y ser capaz de levantar y darle la vuelta a aquello no fue nada fácil. Pasé de que la gente me silbara para que lo matase a pegar un pase de pecho y ver a la gente de pie en el tendido. Fue una tarde de crecimiento personal, de no dejarme ganar la pelea y que lo disputé hasta el final, pero tenía que quedar un ganador y Víctor fue merecedor de la Copa Chenel».
Conjugó una gran capacidad técnica y artística: «Ahí es donde se ve todo el trabajo de este invierno y lo que nos queda por aprender. Belén y yo hemos trabajado mucho estos meses y me ha aportado mucho, por lo que tiene una parte de la culpa. Por ello digo que estoy contento de haber sabido darle la vuelta a la situación y pelearla hasta el final, porque podría haber tirado por la calle de en medio con el toro de Victoriano y no haber tenido ninguna opción».
Siempre se aprende de todo: «Más que aprender, me ha servido para darlo todo, no dejarme ganar la pelea y ser yo mismo».
Hay más cosas. «El próximo 13 de julio toreo en Manzanares con Miguel Ángel Perera y Borja Jiménez con toros de La Palmosilla e irán saliendo cosillas porque queda mucha temporada». El festejo de Manzanares está organizado por la empresa Toros Pal Toreo, del albacetense Manuel Amador, que también ha apostado por Molina en la Feria de Albacete, donde está acartelado junto a David Fandila El Fandi y Ginés Marín, que lidiarán y estoquearán toros de la ganadería del Conde de Mayalde.