«La Semana Santa no se entiende sin los tambores»

I.M.
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El presidente de la Asociación de Peñas de Tamborileros de Hellín resulta que hay una "simbiosis" entre tamborileros y nazarenos durante todo el ciclo pasional

José Luis Jiménez. - Foto: A.P.T.

A Hellín se le conoce como la ciudad del tambor. Ser un tamborilero en Hellín es seguir la generación de nuestros ancestros. Hay tamborileros con 90 años de edad, pero también los hay que acaban de aprender a andar, no obstante, se les reconocerá por su capa negra, por su pañuelo atado al cuello y lo que es más significativo por portar un tambor, pues sin tambores, sin tamborileros «no se entiende la Semana Santa de Hellín». 

¿Qué supone, en opinión del presidente de la Asociación de Peñas de Tamborileros de Hellín, José Luis Jiménez, ser un tamborilero en Hellín?
Ser un tamborilero en Hellín es seguir la generación de nuestros ancestros. La Semana Santa de Hellín no se entiende sin los tambores, sin los tamborileros. El tambor es nuestra seña de identidad, y de hecho, a Hellín se le llama la ciudad del tambor. No obstante, quiero igualmente también resaltar que hay una simbiosis entre tamborileros y nazarenos y de hecho un porcentaje altísimo de tamborileros, somos también nazarenos, y lo mismo se puede aplicar a la inversa. 

¿Con cuántos tamborileros cuenta en la actualidad Hellín?
Se puede decir que somos unos 25.000 aproximadamente. Aunque es difícil calcular el número exacto, debo añadir que nuestro punto álgido de participación es la tarde del Miércoles Santo simplemente porque en la tamborada de ese día participan muchos niños. Salvo el parón que tenemos tras la Semana Santa, podemos decir que nuestro trabajo abarca todo el año porque también participamos en otros eventos, en otras recreaciones históricas y luego tenemos la sección histórica y la escuela de tamborileros.

¿Hay límite de edad para ser tamborilero?
No, no hay límite de edad para ser tamborilero. Uno, por lo general, suele aguantar hasta que el cuerpo aguante. Hay tamborileros con 90 años pero también los hay que se cuelgan el tambor cuando apenas empiezan a andar. Detrás de la asociación hay censadas 125 peñas y unos 1.800 socios directos y luego están todos esos que en un momento dado se apuntan a una tamborada como, por ejemplo, los hellineros que han tenido que emigrar por cuestiones de trabajo y vuelven o los hellineros que están estudiando fuera y vuelven en esos días. Los tambores son normalmente artesanos y resulta difícil ver dos iguales y en cuanto a su precio decir que uno medio cuesta unos 400 euros.

¿En qué se diferencia un tamborilero? ¿Qué le hace diferente, además, de llevar un tambor?
El traje. El traje del tamborilero, por así decirlo, es una túnica negra, y un pañuelo, negro o rojo atado al cuello y que viene a ser, por otra parte, un sustituto del antiguo capuz que se perdió a mediados del siglo pasado. Luego están los escudos de cada peña y el de la propia Asociación. 

Finalmente, ¿cómo es la colaboración con el Ayuntamiento?
La colaboración con el Ayuntamiento es total, es excelente hasta el punto de que sin ellos no podríamos existir, ni económica, ni logísticamente, eso es clarísimo. 

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