Editorial

El divide y vencerás de Sánchez con las comunidades autónomas

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Tras sus pronunciados desprecios a las diferentes comunidades autónomas, a excepción de la Cataluña de Salvador Illa, y tras verse forzado a acudir a un encuentro estéril con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, por la crisis migratoria, el Gobierno ha movido ficha para que Pedro Sánchez se reúna en los próximos días con las comunidades autónomas. En un ejercicio de contradicción, al más puro estilo Sánchez, el Gobierno aspira a "potenciar el diálogo e impulsar el entendimiento institucional entre las distintas administraciones". Mientras, se niega a convocar la Conferencia de Presidentes tal como viene demandando desde hace algún tiempo y por diferentes cuestiones el Partido Popular. Sánchez confía en su poder de seducción en las distancias cortas, más cuando hay intereses económicos de por medio. Difícil, eso sí, lo tendrá para igualar las prebendas a Cataluña y su financiación singular, principal motivo de fricción entre la mayoría de territorios y el Gobierno central. Euskadi y Cataluña, mera casualidad, serán los primeros en reunirse con el presidente ya que los encuentros vienen fijados por orden de aprobación de los estatutos de autonomía de las diferentes comunidades.

Con ofertas que algunas comunidades se verán tentadas a no rechazar, persigue Sánchez rebajar la oposición generalizada a su entrega y sumisión a Cataluña, a un bloque nacionalista del que cuelgan los próximos Presupuestos Generales del Estado. Ayer mismo, Jordi Turull, secretario general de Junts, avisaba al PSOE de que "muy optimistas no pueden estar" sobre el apoyo de su formación a las cuentas. La escenificación esperada de los de Puigdemont, al tiempo que ERC vincula su apoyo a las cuentas al cumplimiento de los prometidos privilegios fiscales que auparon a Illa a la Presidencia de la Generalitat.

El Ejecutivo sanchista trata de lanzar, con la pregonada ronda de contactos, un golpe directo a la línea de flotación del principal partido de la oposición, que hace una semana en un ejercicio de unidad enarbolaba el "todos a una" para conjurarse frente a los cantos de sirena de Pedro Sánchez. Una imagen de cohesión cuestionada por la voluntad expresada en los últimos días por el presidente andaluz, Juanma Moreno, y el valenciano, Carlos Mazón, de reunirse con Sánchez para hablar de financiación. Una postura a la que se sumaba este miércoles la presidenta balear Marga Prohens. Los barones populares afrontan el desafío expresado de no dejarse engatusar por lo que han bautizado como una "bilateralidad tramposa". Porque como afirmó hace siete días el presidente de Castilla y León, Fernández Mañueco, "no es una cuestión de dinero sino de principios". Partiendo de la base de que un asunto capital como la financiación autonómica ha de resultar de un pacto de Estado, caer en la tela de araña del divide y vencerás de Sánchez expondría el liderazgo de Núñez Feijóo devaluando el poder territorial conquistado en los últimos tiempos por un PP que ha de seguir trabajando por la búsqueda de consensos