Un pesimista diría que la mayoría de los sueños se duermen. Por el contrario, un optimista piensa que son muchos los que se hacen realidad. Eso sí, al margen de lo que puedan decidir los hados del destino jugueteando con la suerte de las personas y sus utopías, para que éstas se cumplan, es menester, justo, necesario e imprescindible no sólo tener fe en ellas, sino pelear por lograrlas. Cual ha acontecido con la polifacética literata -a punto de sacar nuevo libro- y profesora de escritura con raíces en Bienservida Paloma Serrano. Desde los ratos que pasaba en su infancia durante las vacaciones en lo que considera su pueblo, tenía la idea de que lo que fue la caseta de los guardeses, en el camino de Villaverde a las afueras de la localidad, podía transformarse en un centro multiusos culturales y de promoción turística de la zona. Y el sueño se va a hacer realidad en poco más de tres meses.
Porque su inauguración ya tiene fijada fecha para el 2 de mayo en un acto de puertas abiertas para todos los bienservideños, y amigos de la localidad, con un programa de actividades y actuaciones que Paloma está preparando desde Madrid, donde reside, y con frecuentes viajes al que considera su pueblo. En este evento quiere contar con artistas importantes de la provincia, como otra serrana famosa, cual Karmento, y otros que irá desvelando cuando se lo vaya proponiendo a ellos. Tampoco faltarán atracciones de entretenimiento para niños. «Será un bonito acto familiar que reunirá al pueblo alrededor de esta casa que simboliza nuestro querido hogar Bienservida», resume la organizadora.
Como es lógico, ya ha mantenido contactos con el alcalde de Bienservida, Manuel Sánchez Ruiz, al que le ha interesado mucho el proyecto y ha prometido apoyarlo, y ahora llega el siguiente turno con la Diputación Provincial. E incluso contará con la ayuda, dentro de sus posibilidades, con el párroco de esta localidad y otras cercanas Alejandro Márquez, que para eso Paloma va a ser la pregonera de la próxima Semana Santa.
El edificio pasó por dos generaciones de la familia Pretel, que lo agrandaron hasta darle la llamativa forma icónica, con su carrasca centenaria, que todos los vecinos reconocen. Después sufrió el abandono hasta que Vicente Serrano, padre de Paloma, la adquirió, albergando grandes sueños para La Casica. «Se trataba y se trata - apunta su hija- de un lugar idílico, un paraje especial, con vistas inmejorables a la sierra: El Pico del Padrón, La Cabezuela… cerca del pueblo». Además, ya a mediados de los 60 su nuevo propietario iba a iniciar su idea de transformación para La Casica, que por desgracia no pudo cumplir por su fallecimiento. Pero su amor por la tierra, la familia, la historia y la conservación de esos pequeños tesoros ya se lo había inculcado a su hija.
Paloma junto a su madre María Jesús ha tomado -y trabajado- la iniciativa y está empeñada en devolver a La Casica su función ideal: «Simbolizar al pueblo, ser motivo de orgullo para Bienservida y servir a la divulgación de nuestra cultura, tradiciones, tierra y gentes». Además, lo han hecho con extremado mimo y cariño, restaurando todo lo posible, recreando lo perdido, tanto la forma de la casona como la disposición de los jardines: el camino emparrado, los árboles frutales, el lugar exacto del laurel, del nogal y un largo etcétera, según los «inolvidables relatos de la abuela Carmen», que recuerda emocionada.
Un personaje increíble el de su abuela, en cierto modo similar -«salvando las distancias respecto a aquel genio», adelanta la nieta-, con la de Gabriel García Márquez, responsable con sus historias de estimular la imaginación del escritor galardonado con el Premio Nobel. Porque la abuela -sin olvidar en tal sentido a Carmen, Isabel y Amparo, tías de Paloma, todas con una memoria privilegiada, y enorme capacidad para la narración oral- también influyó en su educación y creatividad. «En mi casa siempre se han contado muchas historias de nuestra familia, que tenía un don para narrar oralmente. A mí me encantaba y me quedaba con muchas cosas, algunas las iba apuntando y claro que me han servido para mi profesión y vocación literaria. Les estaré eternamente agradecida».
También en la casa se leía mucho, ya que sus padres siempre tenían un libro en la mesita de noche. Y, directamente, su madre fue quien le inculcó la lectura de novelas cuando a los 11 años le regaló el primer libro de una saga famosa. «Por fortuna, desde entonces no he dejado de leer, he cambiado de gustos, he leído ensayos, poesía, otro tipo de novelas, pero leer, leer, leer; es fundamental para escribir».
Después la finca quedará a disposición de instituciones y particulares para eventos y celebraciones de todo tipo. Bodas, bautizos, aniversarios, reuniones de trabajo, jornadas empresariales, comidas de cazadores, talleres educativos, actos de la biblioteca, del Ayuntamiento, exposiciones, clubs de lectura, de todo tipo. «Además -deja muy claro- que la dirección está abierta a cualquier propuesta». Basta con contactar con ella, plenamente confiada en que el proyecto vaya bien porque significará que Bienservida, «un pueblo ya lleno de vida», se merece un lugar como La Casica para celebrar, a la vez que darle la fama que merece toda la zona.
Todos estos preparativos no le impiden continuar con su doble faceta literaria: escribiendo y enseñando a escribir a futuros profesionales. De hecho, después de sus tres últimos libros -la novela Las palabras que te guardan, los relatos de ficción sobre poetas Poesía también eres tú, y los versos con ilustraciones de sus hijos Cómo será tu vida- está a punto de publicar una nueva historia de ficción en forma de novela.
Cuyo título provisional es Mujer Fortaleza, en la que quiere valorar a esas mujeres de su familia de varias generaciones y todo lo que pasaron, porque «nos han dado todo sin esperar nada», cual precisa. Confesando que, aunque los argumentos de sus creaciones sean ficción, su forma de escribir se nutre siempre de su vida. «Las personas se me convierten en personajes y los paisajes en lugares donde recrear escenas».
También tiene tiempo para desplazarse desde Madrid no sólo a su Bienservida, sino a veces a Albacete para asistir a los partidos del Alba -como el del pasado domingo-, del que se declara apasionada seguidora. Que no en balde durante su estancia de cinco años en Brasil jugó mucho de delantera. «Lo hacía bien, por lo que me llamaban Paloma Gol».