Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


El tren de Simpson

09/01/2025

Los que hemos seguido o seguimos la magnífica serie televisiva de 'Los Simpson', creada por Matt Groening, con las magníficas historias familiares críticas y sarcásticas de Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson, residentes en Springfield, siempre nos hemos preguntado que cómo un idiota como Homer puede trabajar como inspector de seguridad en la central nuclear de Springfield.  Gracias a su ineptitud, la central nuclear colapsa en varios capítulos, aunque finalmente, por carambola y suerte, salva a Springfield evitando una fusión nuclear en la planta provocada por él mismo. 
Renfe y Adif han iniciado 2025 de capa caída, continuando con las incidencias que ya se presentaron en 2024, con averías técnicas, continuos retrasos y una gestión más que dudosa que va erosionando la confianza que todos teníamos en el sistema ferroviario español, referente hasta ahora en modernidad y puntualidad, poniendo en tela de juicio el futuro de este servicio tan esencial para la movilidad en España, con todo lo que ello conlleva. Observando esto y en el esfuerzo de esperar una posible solución eficaz a estos problemas, es imposible soslayar el hecho de que Renfe y Adif dependen del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y que el ministro es el ínclito Oscar Puente, nuestro Homer Simpson nacional y patrio, en conjunción perfecta con las personalidades ejemplares de Pepe Gotera, Mortadelo o el botones Sacarino.
Los problemas del primero de enero en las conexiones de alta velocidad y bajo coste de Madrid con Galicia, Asturias, Castilla y León, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, trenes parados sin electricidad durante horas y cortes de servicio en momentos críticos, el millón de euros de la reparación de la avería informática, los retrasos acumulados, la falta de eficiencia, de transparencia y del deterioro de la atención al cliente, son síntomas evidentes del posible colapso nuclear de fusión ferroviaria. 
Aunque lo cierto es que todo esto viene de lejos, lo preocupante ahora, para echarse a temblar, es la constatación de la personalidad política y personal del inspector de seguridad nuclear de turno; el encargado de conseguir modernizar las infraestructuras, de buscar soluciones a los problemas del Talgo Avril, de revisar la gestión operativa y de garantizar la puntualidad. El que tiene que mejorar la formación de los trabajadores, la planificación y los recursos técnicos y económicos necesarios, en un sistema que se ha degradado progresivamente de manera inversamente proporcional al crecimiento del número de usuarios de la red ferroviaria.
En uno de los capítulos de Los Simpson, Homer, sentado en su mesa de trabajo, desde donde se controla toda la central nuclear, recibe la visita de sus colegas Lenny y Sam, que lo animan a abandonar su puesto de trabajo para irse a tomar unas birras al bar de Moe. En su sustitución, Homer deja un pollo encima de la mesa que se dedica a picotear aleatoriamente las teclas de control de la central nuclear.