Para muchos aficionados el nombre de Luis Germán Navío les resulte desconocido, pero es un profesional del mundo del toro, que lleva ya dos años conviviendo en Albacete. Sus orígenes son albacetenses, de la sierra, pero han sido muchos años viviendo en Palma de Mallorca, donde ha ido formándose, con dificultades de ambiente, hasta dejarlo todo y venirse hasta aquí para hacer lo que realmente le gusta, torear, en las filas de los de plata, pero donde se está abriendo un hueco y ya va teniendo un número importante de diestros con los que ha toreado. Es Luis Germán, banderillero vocacional, quien quiso ser torero, pero no tuvo suerte con las lesiones, ahora reconvertido en un buen profesional de plata.
«Yo nací en Palma de Mallorca, mi padre vino muy joven a trabajar a Palma, con el despegue turístico. Mi padre es de Bienservida y mi madre de Granada y aunque nací en las islas, en temporada alta de turismo, me criaron mis abuelos en Bienservida e incluso iba al colegio aquí, así que me considero más de Bienservida que de Mallorca. La casa de mis abuelos está frente a la plaza de toros de Bienservida y yo dese muy pequeño veía a los toreros cuando llegaban a la plaza, a toreros como Dámaso González, Palomo Linares, al Niño Belén y todo aquello me llamó la atención. Luego al irme a Mallorca, aquella afición se disipa un poco pero siempre jugando al toro», afirma Navío.
Cuando lo intentó, él mismo se define como de vocación tardía. «Yo toreo mi primera becerra con más de 20 años y mi etapa de novillero sin picadores fue realmente accidentada. Tras torear u novillo en una ganadería de Mallorca y estar muy bien, hubo gente que me quiso ayudar, pero por no estar bien planificado se quiso empezar la casa por el tejado y sufrí mucho. Tuve dos lesiones muy graves, una fractura abierta del peroné que me tuvo fuera bastante tiempo y luego tuve una triada, rotura de ligamentos muy grave que me dejó la rodilla destrozada y todo esto me lastró, por lo que esa etapa fue muy lenta y accidentada, como decía antes, y ya en el 2012, estando quitado del toro, yo seguía soñando con vestirme de torero y un profesional de Mallorca, Federico Gómez me dijo que podría hacerme banderillero, ya que se me daban bien las banderillas».
Compaginó el toro con su trabajo en un hotel, ya que «desde que decidí hacerme banderillero, compaginé los entrenamientos y actuaciones con el trabajo, ya que hablo 5 idiomas y trabajé en la recepción de un hotel. Me guardaba las vacaciones para septiembre y me venía a Albacete, a casa de Cristian Pérez y toreaba todas las que me daba tiempo, unos años cuatro, otros cinco, un año llegué a las 11, como se podía».
Decide dejar la comodidad del trabajo y venirse a vivir a Albacete para dedicarse al toro. «Pasan los años y con la incertidumbre de si iba a servir o no para esto, pero con ilusión, además, en el año 18 se viene a vivir a Mallorca Rafael Perea Boni y eso me ilusionó mucho ya que entrenábamos juntos y aprendí mucho, por lo que vi que tenía condiciones, así que me decidí a dejar mi zona de confort atrás y tirarme al precipicio del toro, dedicarme con seriedad y rotundidad al mundo del toro. Llevo dos años y medio ya en Albacete, gracias a la familia de Cristian Pérez, al que considero un hermano, desde que lo conocí en 2012 entrenando en la Plaza de Toros de Albacete, su abuela me llama nieto, su madre hijo y él me llama hermano».
Ha toreado con un buen número de novilleros y matadores de toros. «La verdad es que se ha dado bien y he podido torear con Garrido, Urdiales, Finito, Cristian Pérez, Álvaro Serrano, Juan Zamora, Alejandro Rubio, Jesús Romero, Pepe Luis Cirujeda, Javier Cano, Leandro Gutiérrez, Paulita, Guerrita Chico, Miguel Maestro, Marcos Linares, Gabriel Segura, Álvaro Castillo y Antonio Aparicio. Creo que no se me olvida ninguno y ahora estoy con las novilladas picadas y cuando complete el número reglamentario, podre torear corridas de toros. Tengo que nombrar a David Adalid, una figura de los toreros de plata y profesor en la escuela taurina de Navas del Rey, además de un gran amigo mío y se ha preocupado de que yo vaya toreando porque confía en mí. Mi referente siempre ha sido Manolo Montoliu, pero David es una de las fuentes donde me quiero inspirar, aunque cueste mucho llegar a su nivel».
Ha trabajado, pero quiere dedicarse al toro en exclusividad. «Estuve trabajando en una finca en Cancarix, pero una vez se cumplió el contrato, me he dedicado por completo al toro y es lo que espero, que más temprano que tarde, pase mi vagón del tren en que me pueda subir, porque confío en mis facultades ».