«La obra tiene mucho que ver con la resiliencia»

Antonio Díaz
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El vestíbulo de la biblioteca general del Campus de Albacete acogió la presentación del libro El gato y el monje, de Toñi Sánchez Verdejo, con ilustraciones de Sandra Pérez. La autora estuvo acompañada por María Vicent Zambrano, que presentó la obra.

Toñi Sánchez Verdejo. - Foto: Víctor Fernández

El vestíbulo de la biblioteca general del Campus de Albacete acogió la presentación del libro El gato y el monje, de Toñi Sánchez Verdejo, con ilustraciones de Sandra Pérez. La autora estuvo acompañada por María Vicent Zambrano, que presentó la obra. 

En su octavo libro, cambia de registro. 

Efectivamente, el anterior estaba dedicado más al público infantil y juvenil. Con El gato y el monje me centro en otro tipo de lector, porque hablo de temas como la tristeza, los malos tratos, la soledad en la infancia, así que el registro es totalmente diferente y cambio el tono didáctico. La historia que cuento tiene algunos tintes de realidad, pero es inventada. 

¿De qué se trata?

Voy siguiendo, más o menos, la biografía de Issa Kobayashi, que era un escritor de haiku, de Japón, del siglo XVIII, que escribía un haiku no demasiado bien considerado, porque era muy personal. Se sabía que su vida había sido muy desgraciada, entonces tuvo libertad para expresar su propio mundo interior. 

¿Prosa o haiku en el libro?

Es una mezcla, es una historia en la que aparece su pueblo natal, Kashiwabara. Él mira hacia su infancia y va recordando varios momentos. Recordará a su madre, a su abuela y, mientras recuerda, escribe haikus y los apunta en una libreta. Es una excusa que tengo para mostrar, por medio del haiku, de la atención plena en el momento presente, cómo este personaje va superando sus traumas.  

Aparece un gato...

Es verdad. El gato es el compañero, como una especie de alter ego, porque este personaje habla de los gatos como seres que le han ayudado, por su compañía. 

Una obra ambientada también en Japón.

Claro, este monje está escribiendo en Japón, en su aldea natal, donde nació el verdadero Issa Kobayashi, que es  Kashiwabara. A veces, lo que está lejos, está muy cerca de nosotros, sobre todo porque el personaje me parecía muy atractivo para contar una historia en la que hay tristeza, vacío, soledad. La verdad es que tenía todos los ingredientes para que fuera el gato y los haikus los que le dieran sentido a su vida.  

¿Por qué una historia que es tan triste?

Siempre me ha gustado el humor, pero quería cambiar de registro, pero tanto el libro como los haikus que aparecen no son tristes, simplemente creo que era el momento de contar esta historia. Leí hace mucho tiempo uno de sus haikus y fue el que realmente desencadenó la historia; simplemente estas cosas pasan. Ese haijku decía:día de Año Nuevo... / llevamos a la tumba del gato / ¡pescaditos secos! He intentado canalizar  lo que sugería esta historia y el haiku lo incluyo al final del libro. Una historia que surgió sola. 

¿Un libro que tiene que ver con la resiliencia?

La obra tiene mucho que ver con la resiliencia. En el libro se habla de la fuerza que tiene el personaje para soportar los momentos desgraciados y son los haikus también los que le dotan un sentido a su vida. Pienso que la resiliencia esta muy presente en El gato y el monje. Tengo que decir que los haikus que aparecen no son todos míos y son realmente auténticos, todo lo demás, aunque se basa en la biografía del personaje, pero es ficción. 

¿Como una especie de novela corta?

Podríamos hablar más bien de cuento.

Publicó dos libros en un periodo relativamente corto. 

Cierto, ahora toca descansar. Cuando escribí este libro, murió mi padre y, en cierto modo está relacionado con el libro, que tiene unas ilustraciones que son muy importantes, de Sandra Pérez, que es una pintora de sumi-e, de Buenos Aires, que nos ha visitado varias veces  y ha impartido talleres. También me ha ayudado en la presentación una amiga, María Vicent, que es psicóloga, y es que el libro tiene un alto componente psicológico. 

¿Algún proyecto perfilado?

Tengo pensado escribir un libro sobre Caperucita Roja, esa es mi próxima idea.