«Me gusta que la literatura sirva para corregir la realidad»

Antonio Díaz
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El salón de actos de Unicaja Banco acogió la presentación de El tiempo de las fieras, de Víctor del Árbol. El autor, invitado por Popular Libros, conversó con Antonio Martínez Martínez en el marco del festival Alblackcete

Víctor del Árbol, escritor. - Foto: Arturo Pérez

El salón de actos de Unicaja Banco acogió la presentación de El tiempo de las fieras, de Víctor del Árbol. El autor, invitado por Popular Libros, conversó con Antonio Martínez Martínez en el marco del festival Alblackcete. El escritor comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de esta novela, un gran éxito editorial. 

¿Qué le parecen festivales como éste, Alblackcete?

Me parecen muy bien, porque es una forma muy amena y entretenida de acercar a  lectores y escritores. Tener contacto directo con alguien que ha escrito una novela y dar tus opiniones es algo que se tiene que poner en valor y estos encuentros tienen esa cercanía. 

Presentó El tiempo de las fieras, que es más que una novela negra.

Claro, a mí lo que me interesa de la novela negra es su visión de la sociedad más crítica. Utilizar el argumento de la violencia, como una anécdota, una manera de atrapar al lector en una historia, para reflexionar juntos sobre lo que a mí más me preocupa, temas como la pérdida de valores, de lo que vale la vida humana  y analizar un poco este siglo XXI de locos, en el que nos toca vivir.  

Aparece un investigador, en este caso un policía.

El policía de El tiempo de las fieras es muy atípico, yo diría que es un antihéroe. Partiendo de su apariencia física, desagradable, su manera de trabajar, sin ninguna metodología, lo que nos hace es acercarnos a una persona muy humana, que no tiene nada que ver con el héroe típico de las series de televisión o de la novela más clásica. Me gusta mucho el héroe que lo es a su pesar, que es falible, que tiene dudas, incluso miedo, eso lo hace más humano.  

El poder, también está presente en esta novela,  El tiempo de las fieras.

Sí, además no es sólo conseguir el poder, es ver qué haces una vez que lo has conseguido y cómo el estar en esa cúspide de la pirámide te hace justificar cualquier método y eso te hace perder la humanidad, la conexión con la realidad. Cuando toda tu vida se centra en el poder, los demás valores pasan a segundo plano y, como poco, eso hace que pierdas lo esencial que tenemos todos, la humanidad. 

Una novela en la que la intriga es muy importante. 

Cierto, lo interesante de la ficción es que tiene que compaginar esas dos maneras de entender la literatura que tengo, tiene que entretener, con ritmo, tiene que atrapar, porque leemos también para entretenerlos pero como le dedicamos un tiempo a la lectura, eso tiene que servir para algo más. A veces la literatura, además de entretener, sirve como espejo personal, para reflexionar, para compartir y plantarse cosas sobre uno mismo. Creo que una novela debe tener un equilibrio entre el ritmo y la profundidad y eso es lo que hace que una novela atrape al lector. 

Desde la publicación de novelas como El peso de los muertos o La tristeza del samurái, todo han sido premios y reconocimientos.

Este oficio es un proceso de paciencia, de no rendirse y seguir evolucionando. Siempre he tenido muy claro que mi última novela tenía que ser mejor que la anterior, para conocer mejor el universo en el que me muevo. Aguantar ahí sabiendo que los lectores te lo premian y dejarías de ser una aspirante a novelista para acabar convirtiéndote en un gran escritor, que es lo que pretendemos todos. A mí me mueve la ambición de mejorar cada día. 

Para un buen investigador, la paciencia es importante...

Claro, la paciencia y también la intuición. Una novela es un trabajo de investigación, de preparación, de ramificación, pero también tiene que tener un punto de intuición para saber cuándo una historia  puede conectar con el público lector. El trabajo de un escritor es mucho de investigación, efectivamente, pero  también de intuición.  

¿Se cuela su antigua profesión, mosso d'escuadra, en sus novelas?

Raramente, quizá más en esta que en otras, porque normalmente la realidad es mucho más árida que la ficción. Muchas veces es método, un trabajo más sistemático y, además,  a diferencia de la ficción, muchas veces la realidad no cierra los círculos. Me gusta que la literatura sirva para corregir la realidad. 

El negro incluye otros muchos géneros y es cada vez más seguido, ¿es así?

Es una muestra de lo grande que es la familia de la novela negra, de la cantidad de escuelas, desde la novela más clásica policiaca de investigación a la de corte más psicológico, más thriller, pero a mí también me gusta que la novela negra siempre ha tenido la voluntad de entrar en el análisis en profundidad de la sociedad. Es normal que sea un género tan de moda.