En el punto de mira de los 'vecinos'

SPC-Agencias
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Las últimas actuaciones de Israel contra Hamás e Hizbulá y la promesa de venganza de los 'satélites' de Irán abren un escenario incierto en un territorio a punto de estallar

En el punto de mira de los 'vecinos' - Foto: Saleh Salem

En ocasiones, un vecino puede convertirse en un amigo y un gran aliado. Otras veces, en cambio, la relación nunca termina por consolidarse, los roces de la convivencia acaban pasando factura... y entonces llega la rivalidad. Es el caso de una Israel cada vez más aislada y los territorios árabes que la rodean, que han puesto al Estado judío en su punto de mira en un momento en el que Tel Aviv se enfrente a una guerra de al menos siete frentes. 

Desde la Franja de Gaza y Cisjordania, donde operan Hamás y la Yihad Islámica, hasta las fuerzas de Hizbulá en el Líbano o los hutíes de Yemen, pasando por la Resistencia Islámica en Irak o las milicias proiraníes de Siria. Todos ellos han vertido amenazas estos meses sobre el territorio hebreo, si bien el miedo a una escalada bélica se ha disparado esta última semana tras una serie de hostilidades en las que se ha visto implicado el Gobierno de Benjamin Netanyahu. Y todos ellos tienen un nexo común: Irán, enemigo número uno de Israel.

Cada vez es mayor el temor a que esa histórica rivalidad arrastre a todo Oriente Próximo al abismo, aunque son varias las voces que consideran que el conflicto ha entrado ya en una nueva fase, especialmente después del asesinato del líder político de Hamás.

Ismail Haniye fue alcanzado el pasado miércoles por un proyectil mientras se encontraba en Teherán con motivo de la toma de posesión del nuevo presidente del régimen persa, Masud Pezeshkian, en un ataque atribuido a las fuerzas de Netanyahu y por el que Irán y sus satélites han prometido venganza.

La tensión ya escaló el pasado mes de abril, cuando la república islámica lanzó un ataque sin precedentes contra Tel Aviv con 300 drones y misiles, -la mayoría interceptados-, en respuesta a un bombardeo contra su embajada en Damasco, en el que murieron miembros de la Guardia Revolucionaria iraní. Entonces, ambas partes dieron por cumplidas sus represalias y decidieron aflojar unas tiranteces que ahora vuelven a florecer de nuevo.

Por otro lado, la muerte de Haniye deja a Hamás en manos del liderazgo más extremista, encarnado por Yahya Sinwar, cerebro del atentado del 7 de octubre, lo que podría traducirse en un aumento de las hostilidades en una Gaza completamente asfixiada.

Por si fuera poco, el asesinato también esta misma semana del número dos de Hizbulá en los suburbios de Beirut -en respuesta a un bombardeo mortal en los Altos del Golán- también ha encendido las alarmas de una gran guerra.

El Líbano intenta impulsar cualquier contacto diplomático para tratar de rebajar el tono, si bien ninguna de las partes parece dispuesta a echar el freno en su mayor pico de escalada desde 2006, que comenzó con el inicio en octubre de los ataque de las milicias en «solidaridad» con el pueblo palestino.

A ellos se sumaron en noviembre los hutíes de Yemen, con el lanzamiento de misiles desde el mar Rojo. Este frente parecía estancado hasta hace dos semanas, cuando un proyectil llegó a Tel Aviv y causó la muerte de un civil, a lo que la aviación hebrea respondió con un bombardeo sobre el puerto yemení de Hodeida, clave en la transferencia de armas desde Irán.

El eje de la resistencia

Y es que todo parece vertebrarse en torno a Teherán, que lidera el llamado Eje de la Resistencia, una alianza antiisraelí y contraria a EEUU de la que también forman parte unidades de Siria e Irak. Precisamente, este último país también fue escenario hace unos días de un ataque de Washington contra una milicia de al sur de Bagdad en el que murieron cuatro personas.

Los últimos acontecimientos evidencian que Oriente Próximo es un polvorín a punto de estallar y, por eso, resulta apremiante aumentar los esfuerzos para rebajar el tono, tal y como lleva meses reclamando la comunidad internacional. Sin embargo, ni unos ni otros piensan amedrentarse.

«Estamos listos para cualquier escenario, nos mantenemos unidos y determinados a afrontar cualquier amenaza. Israel se cobrará un precio muy alto por cualquier agresión desde cualquier horizonte», aseveró el propio Netanyahu.