El Albacete Balompié realizó el pasado 12 de diciembre su Junta General de Accionistas donde se aprobaron las cuentas de la temporada 2022-23. Unas cuentas que aunque tuvieron un resultado de explotación de 127.413,21 euros, no fueron positivas, pues tras los impuestos, el resultado fiscal del ejercicio quedó en -33.302,03 euros.
El salto nuevamente desde la Primera RFEF a la Segunda División provocó un importante aumento de los ingresos, pero la situación económica de la entidad se mantiene en parámetros similares a los de años anteriores, debido a situaciones como la pandemia y el descenso, que frenaron su evolución económica desde la enorme deuda con la que los actuales propietarios afrontaron su llegada al club. Así se extrae de los datos a 30 de junio de 2023, que son los que reflejan las cuentas aprobadas el pasado martes. A esa fecha, y aunque la deuda concursal ya ha desaparecido, el club tenía una deuda a largo plazo de 14,3 millones de euros, a la que había que sumar la deuda a corto plazo de poco más de cuatro millones, es decir, que la deuda del Albacete a 30 de junio de 2023 era de 18,4 millones de euros, de los que 6,7 millones son con empresas del grupo o asociada, es decir, lo que se le debe a la familia Kabchi, propietaria de la entidad.
Obviamente esos poco más de cuatro millones de euros de deuda a corto plazo tienen partidas que quedaban pendientes de cerrar de la temporada 2022-23 y que se supone que habrán sido abonadas, caso de 627.000 a la plantilla deportiva o 921.000 euros a las administraciones públicas. También es necesario resaltar que a 30 de junio el club tenía pendiente de ingresar sobre 2,8 millones de euros y contaba con más de un millón de euros en su tesorería.
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