El Centro Penitenciario Herrera de la Mancha sigue inmerso en un ambicioso proyecto de reforma que comenzaba en el verano de 2023 y que ya encara su recta final, con una modernización de sus instalaciones de manera casi integral que debería estar concluida en los primeros meses de 2025, febrero o marzo, según las estimaciones que la propia institución.
Ya están acabadas la cocina, la enfermería, los locutorios y los módulos 1 y 3, en cuyas 120 celdas se han instalado aseos y duchas individuales, de las que podrán disponer de manera libre los reclusos. Además, y unido a esto, la instalación ya se autoabastece con la energía que generan placas solares y una torre con aerogenerador, que permiten que el agua sanitaria que se consume, ahora en mayor cantidad, pueda ser calentada de manera autosuficiente. También se han cambiado las tejas tradicionales por un sistema de cubiertas de paneles y se ha actualizado el sistema de seguridad pasivo perimetral.
En estos momentos se está trabajando en los módulos 4 y 5. El primero es el denominado 'de respeto', con presos que aceptan cumplir su condena bajo unas normas de convivencia más estrictas. El segundo es el terapéutico, cogestionado por la ONG Proyecto Hombre, con programas específicos para luchar contra las adicciones. Quedaría pendiente el módulo 2, con 60 celdas, la mayoría de ellas dobles, en las que también se construirán duchas individuales, de tal forma que las antiguas duchas colectivas ubicadas en uno de los bajos del edificio, junto a un patio, ya forman parte de la historia. Según explicaba a La Tribuna el director de la prisión, Marceliano García Catalán, con un consumo superior a 5.000 litros de agua caliente diarios, parte de ese consumo debe ser soportado por energías renovables, de ahí la instalación de los paneles solares y de ese pequeño aerogenerador.
Donde antes estaban las duchas colectivas se ubica ahora una sala técnica con los nuevos acumuladores de agua caliente sanitaria, y también han quedado metros cuadrados suficientes para poder hacer unos pequeños gimnasios para los internos, que completará, junto al polideportivo, la oferta para poder practicar ejercicio físico.
La reforma ha sido muy profunda también en la enfermería, con la instalación de un ascensor con capacidad para camilla, y en la cocina, que se ha ampliado para adaptarse a la nueva reglamentación sanitaria que exige tener cuartos fríos separados para no mezclar alimentos.
El presupuesto de esta actuación es de 4,4 millones aportados por el organismo estatal Siepse (Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios y de la Seguridad del Estado), más 250.000 euros financiados por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para la remodelación de los locutorios.