Constantino Molina Monteagudo, un joven de Pozo Lorente de 29 años de edad, se ha hecho con el Premio Adonáis de Poesía en la que ha sido su 68 edición. Y lo ha hecho, además, con su primer libro que lleva por título Las ramas del azar con más de una treintena de poemas en su interior. Otorgado por Ediciones Rialp el jurado encargado de su fallo ha valorado para su concesión la serena contemplación y reflexión que sobre las grandes y pequeñas cosas hace Molina, además de por su estilo musical y contenido al servicio de una honda visión.
Varios años ha tardado este joven albacetense en terminar esta publicación por la que, bien sea en febrero o en marzo, Molina recibirá como galardón la escultura realizada por Venancio Blanco, que representa el emblema de la Colección Adonáis y, además, lo hará en un acto que se va a celebrar en Albacete. Asimismo para esas fechas la editorial organizador ya habrá publicado Las ramas del azar, la otra parte del premio, algo también a destacar en la trayectoria de este albacetense, que hoy por hoy todavía no ha publicado nada,
Molina se introdujo, hace cuatro o cinco años en el mundo de la poesía porque, comenta, es el género literario que «más me gusta y más me ha llenado en mi vida», aunque no descarta más adelante meterse en eso de ser «escritor de prosa». Ayer fue un día en el que se sucedieron las felicitaciones de amigos, de otros poetas albacetense, de familiares y de vecinos, pues la celebración la hizo el viernes, nada más conocer el falo de este galardón. «Estoy como en un sueño», indica Molina porque, «después de estar unos años en dique seco y de dedicar meses y meses a retocar estos poemas van, me los premian y me los publican, lo que me llena de felicidad».
«Las ramas del azar, añade no es un poemario íntimo o personal, es un conjunto de poemas en los que el hilo conductor es la mirada y la reflexión que yo hago, a través de la naturaleza, de lo que pasa hoy en día», concluye diciendo Constantino Molina.
Constantino Molina, no obstante, no es el único albacetense que se ha hecho con el Premio Adonáis, también lo han recibido, por un lado, en el 2009, Rubén Martín Díaz, amigo suyo, por otra parte, por El minuto interior. Ypor otro, Luis Martínez-Falero, por Plenitud de la materia, en 1997.
En lo que es este año, comentar que junto al joven de Pozo Lorente han sido reconocidos con un accésit, cada uno de ellos, Juan Antonio Pérez-Robleda y Milton Santiago.