Esta semana, una de las novedades que se han producido en el Parlamento Vasco ha sido la aprobación de una ley para regular la custodia compartida que permitirá, con su entrada en vigor, que cada uno de los progenitores, por separado o de común acuerdo, podrán solicitar al juez la custodia compartida, sin que la oposición de uno de ellos sea obstáculo para no otorgarla.
El País Vasco se une así a otras cuatro comunidades autónomas como Cataluña, Navarra, Aragón y Comunidad Valenciana, con competencias en materia de Justicia, que ya tienen regulada la custodia compartida.
Una circunstancia que no ocurre en Castilla-La Mancha, que no tiene traspasadas las mismas competencias, y que se rige por la Ley estatal de 2005 que, en uno de sus artículos, incluye la «excepcionalidad», una regla dependiente de cada juez que precisamente es la que perjudica la concesión de custodias compartidas en Castilla-La Mancha y, por añadidura, en la provincia de Albacete. Esta es la razón, según mantiene la Unión Estatal de Federaciones y Asociaciones por la Custodia Compartida, por la que en Albacete esta opción de compartir el cuidado de los hijos entre ambos progenitores lleva estancada desde hace cinco años, concretamente entre 2009 y 2013 (último año este recogido en el Instituto Nacional de Estadística). Si se comparan, apenas en 2013 se otorgaron tres custodias compartidas más que en 2009, año en el que se concedieron 29 tutelas a ambos progenitores. En la provincia de Albacete, esta fórmula que ha promovido hasta la creación de asociaciones y federaciones apenas supone un cinco por ciento de las custodias que conceden los jueces ante las separaciones y divorcios de padres con hijos menores.
Otro tanto de lo mismo ocurre con las custodias que se otorgan exclusivamente a los padres, que en 2013 supusieron un tres por ciento del total, concretamente, 23 padres se hicieron responsables de la crianza y el cuidado de sus hijos frente a 326 madres.
La presidenta de la Unión Estatal de Federaciones y Asociaciones por la Custodia Compartida, Pilar Marco Ballester, lo tiene meridianamente claro: que se dicten tan pocas custodias compartidas en la provincia de Albacete obedece al «temor» de unos jueces «anclados» en un pasado que nada tiene que ver con el perfil de las madres actuales.
Riguroso cumplimiento. Marco asegura que esa «excepcionalidad» que «incluyeron a última hora las mujeres progresistas del PSOE, «presionadas por las abogadas de Themis que solo buscan la conflictividad para ganar dinero», se está llevando «a rajatabla» por los jueces: «Cuando la ley entró en vigor en 2005, la Fiscalía General del Estado mandó una circular a todas las fiscalías para que no dieran custodias compartidas».
La buena noticia se produjo en abril de 2013, cuando el Tribunal Constitucional se pronunció con una sentencia en la que aseguraba que la custodia compartida es «sí o sí» el interés superior del menor, es decir, que al crear jurisprudencia, «estamos convencidos de que el número de custodias compartidas en 2014 ya ha empezado a crecer».
No obstante, todavía quedan en ejercicio «muchos jueces» con ideas «arcaicas» que siguen con la dinámica de conceder la custodia de los hijos a la madre, cuando el panorama social de 2015 nada tiene que ver con las décadas de los 60 y 70. La realidad, guste o no, es que la gran mayoría de madres están incorporadas al mercado laboral e, incluso, algunos padres con la crisis se han quedado en paro «y se pueden responsabilizar de sus hijos». Ahora, las dificultades y los inconvenientes que tienen las madres trabajadoras para hacerse cargo de sus hijos durante todo el día le ha dado la vuelta a la tortilla, de manera que son ellas las que están pidiendo por contencioso la custodia compartida.