Profesor titular del Departamento de Ciencias Médicas de la Facultad de Medicina de Albacete desde 2001, Alberto Nájera es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Salamanca (1994-2000) y doctor en Neurociencias por la misma institución (2005). Es el coordinador de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCLMdivulga) y director científico del Comité Científico en Radiofrecuencias y Salud.
Dentro del grado de Medicina, Nájera imparte varias asignaturas como la de Fundamentos de la Investigación en Medicina, Radiología y Terapéutica Física, Bioestadística: Fundamento y aplicación en Medicina, así como en el programa de máster en Biomedicina Experimental. Asimismo, desde 2007 ha desarrollado su investigación en la caracterización de la exposición personal a campos electromagnéticos de radiofrecuencia. Pertenece al grupo de Investigación de Neurofisiología y Comportamiento en el Instituto de Biomedicina de Albacete.
Como hombre de ciencia que es el profesor Nájera es un defensor a ultranza de la evidencia científica y por tanto cuestiona todo lo que tenga que ver con las pseudoterapias, sobre todo, las más extendidas como el reiki, la homeopatía o la quiropráctica, tal y como hizo recientemente durante su participación en el IVciclo Hacemos Barrio, donde para sorpresa de los asistentes, no dudó en tomarse una caja de pastillas de homeopatía, para abrir los ojos al público ante las falacias que a menudo se presentan como soluciones de salud, buscando despertar así un pensamiento crítico.
Recientemente ofrecía una charla sobre el peligro de las pseudoterapias dentro del ciclo Hacemos Barrio ¿tan peligrosas son? ¿pueden comprometer la salud de quien se pone en manos de estas disciplinas sin base científica?
El objetivo de la charla era no sólo mostrar el peligro de las pseudoterapias sino también el peligro de la falta de formación científica y de espíritu crítico, en particular a la hora de elegir una terapia de la que pueda depender nuestra vida. A nadie se le ocurriría llevar su ordenador, su teléfono móvil o su coche a un curandero sin formación, a alguien que pasara las manos del vehículo o aparato o nos recomendara frotarlo con cuarzos para resolver el problema.
Las pseudoterapias son pseudoterapias o falsas terapias porque o bien se ha demostrado que no funcionan o se ha demostrado que no funcionan. La medicina moderna ha llegado hasta el momento actual como nuestra sociedad y toda la tecnología que nos rodea gracias a la ciencia. Un método que permite describir nuestra naturaleza o nuestra sociedad de forma objetiva y demostrable. No se basa en creencias, en opiniones o en corazonadas. Se basa en pruebas, en experimentos que deben poder ser repetidos por cualquier persona en cualquier lugar. Y si no se obtienen los mismos resultados, es que algo está pasando. Una pseudoterapia no pasa el más mínimo control de eficacia y seguridad. Y no son seguros o, directamente son peligrosos por varios motivos: bien porque retrasan o evitan el acceso de un paciente a una terapia científica que sabemos que funciona, o bien interaccionan con un tratamiento válido, o bien hacen que la gente ponga en duda esos tratamientos que hemos demostrado objetivamente que funcionan, incluso abandonándolos o sustituyéndolos.
Hay estudios que demuestran que recurrir a estas pseudoterapias puede incrementar el riesgo de fallecimiento, cómo el no acceder a un tratamiento a tiempo puede conllevar la muerte o cómo el uso combinado de ciertos complementos o pseudotratamientos reducen la efectividad de un tratamiento válido y seguro.
Es profesor titular del área de Radiología y Medicina Física de la Facultad de Medicina ¿desde cuándo imparte docencia en la Facultad de Medicina? ¿muestran interés sus alumnos por la ciencia?
Me incorporé a la Facultad de Medicina en 2001 y desde entonces, además de Fundamentos de la Investigación en primero, asignatura en la que enseñamos a los futuros médicos cómo funciona la ciencia y la importancia de tomar decisiones clínicas con evidencias, también imparto Bioestadística en primero, herramienta básica para poder analizar grandes volúmenes de datos y, también, en tercero, las Bases Físicas de la Radiología, en la que enseñamos cómo interaccionan las radiaciones con nuestro cuerpo y cómo podemos usarlas con seguridad en una radiografía o una tomografía computerizada.
En estadística hacemos hincapié en cómo podemos obtener certezas de los datos y, sobre todo, cómo podemos cuantificar esa certeza. Por ejemplo, sabemos que la aspirina funciona, pero si 100 personas con dolor de cabeza se toman una aspirina, es posible que no les haga el mismo efecto o todo el efecto de la misma manera a todas ellas. Pero analizando los resultados, es decir los datos de esas 100 personas, podremos afirmar que la aspirina, funciona con un cierto intervalo de confianza que permite aprobarla como medicamento válido.
Desde el 2019 es el responsable de la Unidad de Cultura Científica e Innovación, un organismo nuevo dependiente del Vicerrectorado de Investigación ¿está cumpliendo la misión para la que se creó este organismo la de difundir la ciencia?
Eso espero y es algo que tendrá que decir el vicerrector de Política Científica, Antonio Mas, de quien depende la Unidad y el propio rector, Julián Garde. Empecé junto al periodista Román Escudero casi desde cero. Si bien había mucha gente en la UCLM haciendo divulgación, no existía una unidad o estructura que diera soporte, coordinara actividades a nivel regional o reconociera esa actividad del profesorado.
Desde entonces contamos con financiación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) a través de convocatorias competitivas muy exigentes. Desarrollamos un plan anual de actividades de divulgación que incluyen la Semana de la Ciencia que se está celebrando las dos primeras semanas de noviembre, actividades el 11 de febrero en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, participamos junto al grupo G9 de universidades en La Noche Europea de los Investigadores y las Investigadoras desde hace cinco años, la ciencia de la UCLM se ha hecho más visible, colaboramos con medios como The Conversation donde somos una de las 50 instituciones colaboradoras con mayor número de aportaciones superando los siete millones de lecturas de los textos elaborados por nuestros compañeros y compañeras y un largo etcétera de actividades. También hacemos formación en divulgación a diferentes niveles en la UCLM para el personal docente e investigador, pero también para los estudiantes de la Escuela Internacional de Doctorado que están desarrollando sus tesis doctorales.
Tenemos un programa de divulgación coordinado por nuestra compañera Cristina Rodríguez Yagüe de Ciencia en Prisión en el que llevamos ciencia a las cárceles de Castilla-La Mancha. En unas semanas iré a La Torrecica, previamente he estado, como muchos otros compañeros en Cuenca. Se realizan más de 60 actividades para los reclusos. También el programa de radio semanal de Román Escudero, Investiga que no es poco que ha recibido numerosos premios. Intentamos llevar la ciencia a aquellos lugares donde es difícil llegar, intentamos devolver a la sociedad lo que la sociedad nos da para que investiguemos.
El gran problema de los investigadores es que utilizan un lenguaje no apto para el público en general sólo para científicos y que además no trasladan a la sociedad sus hallazgos ¿han mejorado estos aspectos desde la creación de la Unidad?
Hemos hecho un gran esfuerzo sobre todo en formación. No sólo es el lenguaje, es incentivar al personal investigador para que haga divulgación, para que la ciencia que realizan y que, generalmente, se paga con dinero público llegue a la sociedad. Este año, la recientemente publicada convocatoria de proyectos regionales de investigación exige que entre un dos y un cinco por ciento del presupuesto de cada proyecto se dedique a actividades de divulgación. Estamos hablando de que proyectos de 200.000€ euros deberán dedicar al menos 4.000€ euros para contar esa ciencia. Además, colaboramos en el grupo RedDivulga de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas en la elaboración de una guía de evaluación de la actividad divulgadora, grupo que coordino yo, además de organizar el concurso #HiloTesis a nivel nacional para divulgar tesis doctorales en redes sociales y que este año ha celebrado la cuarta edición con un éxito en participación y la colaboración de la Fundación Larramendi.
Este año ¿qué proyectos de investigación estáis desarrollando?
En la actualidad colaboramos con la Universidad Politécnica de Valencia en un proyecto nacional del Ministerio para realizar medidas de radiofrecuencia, medimos la radiación de móviles, antenas, etc. especialmente para mejorar la metodología a la hora de medir la radiación de la telefonía 5G.
Además, colaboramos con quien fue el jefe de la unidad de Neumología del Hospital Zendal durante la pandemia y antiguo alumno de la Facultad de Medicina de Albacete, el doctor Pedro Landete, albaceteño, con quien seguimos colaborando y publicando estudios sobre terapias efectivas. Junto con mi compañero Jesús González Rubio, también hemos estudiado las características de bacterias multirresistentes en las Unidades de Cuidados Intensivos, la efectividad de la vacuna contra la hepatitis, ambos en colaboración con el Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del hospital y, recientemente, con el servicio de psiquiatría un estudio sobre primeros brotes psicóticos en poblaciones y su posible relación con factores socioeconómicos. Como ves, somos muy multidisciplinares. Aunque nuestra línea principal de investigación es la de las radiaciones, en la que sobre todo medimos, este año, en centros de salud de la ciudad de Albacete y radiación 5G.
Como investigador además de docente ¿en qué proyecto está inmerso ahora mismo?
Entre la docencia y la coordinación de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación, me queda poco tiempo para la investigación. Ahora, con la nueva convocatoria regional queremos solicitar un proyecto en colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares. Ahora mismo es lo que me quita el sueño pues elaborar un proyecto de investigación para una convocatoria competitiva requiere de muchísima dedicación y no tenemos el éxito garantizado.
En su día se descartó la relación de las ondas electromagnéticas con el aumento de la incidencia del cáncer ¿no es cierto? ¿ha seguido ahondando en este sentido con alguna nueva línea?
Recientemente, en septiembre, la Organización Mundial de la Salud publicó un macro estudio que incluía 68 estudios de los últimos 30 años, en 22 países y con miles de participantes. La conclusión de este estudio fue que el uso del teléfono móvil o vivir cerca de una antena, no incrementa la posibilidad de tener un cáncer de cerebro o una leucemia. En principio nosotros no estamos investigando esa posible relación, sino que nuestra línea es medir y ver a qué niveles está expuesta la población. Desde hace más de 10 años es lo que hacemos, en diferentes circunstancias, ahora con el 5G y lo que vemos, y se replica en otros países, es que los niveles de exposición de la población están muy por debajo de los límites internacionales establecidos por la comisión internacional Icnirp y que se han demostrado seguros.
¿Faltan vocaciones científicas entre los jóvenes o en su opinión ha crecido la cifra en los últimos años?
Sobre todo hay un déficit en ciertas ramas de conocimiento, como por ejemplo en ingenierías especialmente por parte de las mujeres. Por eso, hacemos un esfuerzo especial por promover vocaciones entre las más jóvenes. Actividades que organizamos con motivo del día 11 de febrero que se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia como la que se conoce como Entrevista a una científica desde tu aula que tienen una gran aceptación e impacto, son fantásticas para que las niñas tengan referentes científicas en nuestra comunidad autónoma. También debemos recordar la ciencia que no se hace en bata, que siempre pensamos en laboratorios con tubos de ensayo y aparatos como microscopios, pero hay otra investigación social, en otras carreras como Económicas, también en Derecho, en Humanidades, en Filología, etc. que es igualmente relevante y hacemos un esfuerzo por divulgar también esa ciencia que no necesita de bata pero que es también muy importante.