La Virgen de Los Remedios se encuentra en La Roda donde permanecerá hasta el 9 de junio, durante 21 días.
La Cofradía de la Virgen de Los Remedios logró su propósito este año y la Patrona entró aproximadamente una hora antes en la iglesia El Salvador y acompañada de numerosas personas. Y es que la tardía hora de entrada de los últimos años, en torno a las tres de la tarde, provocaba la llegada, prácticamente sola, de la Virgen a la iglesia. Para evitarlo, la nueva directiva de la cofradía, organizadora por primera vez de la romería, fijó en las 13,30 horas la hora de llegada, y aunque sobrepasando unos 15 minutos ese horario, sobre las 13,45, la Virgen cruzaba la puerta del templo rodense.
Para lograr este objetivo, la cofradía ajustó los tiempos y evitó las numerosas paradas en las tradicionales mesas que fueron sustituidas por paradas oficiales, la primera en la ermita de San Isidro. Además del alto en el camino en los arcos y en el paraje de las Zorreras, la Virgen también se detuvo en una mesa preparada de manera conjunta por todas las vecinas de la calle Virgen. La Patrona no paró en la guardería Peques, donde los niños y niñas cantaron mientras la Virgen desfilaba lentamente.
Así lo hizo durante toda la romería, la Virgen desfiló lentamente y sin paradas. La Asociación de Viajantes, portadores de las andas este año, marchó despacio parando sólo donde correspondía. Las personas mayores que quisieron ver de cerca a la patrona fueron citadas en un punto habilitado con sombras en la Plaza Mayor, repleta de personas este año. Otro de los logros de la cofradía. Desde aquí la Virgen enfiló la cuesta de la Iglesia de El Salvador.
La romería de traída de la patrona, comenzaba a las siete de la mañana, este año, desde la Posada del Sol, debido al corte de la calle Virgen. La comitiva de autoridades y la banda de música Virgen de Los Remedios llegó a las 7,30 horas. Tras la Eucaristía, la Virgen llegaba puntual al Término, a las 10,15 horas, donde los fuensantareños la entregaban al pueblo de La Roda. Allí la familia Recio Jareño colocó en manto de viaje a la imagen protegiéndola del polvo de camino y los hijos del alcalde, Iván y Jimena, colocaron el bastón de mando de la localidad, representando a su padre.