Más de 180 personas se recualifican con la formación integrada

J. C. Picurelli
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Por primera vez los certificados de profesionalidad llegan a 34 centros educativos de la región, siete de ellos en la provincia albacetense, y el objetivo es luchar contra el desempleo

Los alumnos del certificado de profesionalidad de Pastelería y Confiteria, junto al consejero de Educación, y la consejera de Economía y Empleo. - Foto: Rubén Serrallé

Dentro del IV Plan de Formación Profesional de Castilla-La Mancha elaborado por las consejerías de Educación y Empleo, y como novedad, este curso se integró por primera vez la impartición de certificados de profesionalidad en centros educativos públicos de la región. En total llegarán a 34 institutos de la comunidad y siete de ellos están en la provincia de Albacete.

Los institutos de la capital: Albasit, Andrés de Vandelvira, Don Bosco, Leonardo Da Vinci y Universidad Laboral; más el José Conde de Almansa y el Justo Millán de Hellín, tienen en su oferta educativa un total de 12 certificados de profesionalidad que servirán a más de 180 alumnos para recualificarse o especializarse en diferentes materias.

Entre otros certificados en tierras albacetenses se pueden cursar los de peluquería, pastelería y confitería, soldadura, confección y publicación de páginas web, transporte sanitario, montaje y mantenimiento de instalaciones eléctricas o arreglos y adaptaciones de prendas y artículos en textil.

El consejero de Educación, Amador Pastor, visitaba en IES Andrés de Vandelvira, para valorar el inicio de esta oferta formativa. «Es una apuesta de dar opción a jóvenes, o personas que buscan una segunda oportunidad en la recualificación, formación y especialización dentro del marco de la formación profesional».

Según el consejero de Educación la formación profesional enCastilla-La Mancha «está en un proceso de cambio completo y absoluto. Estamos reforzando todas nuestras familias profesionales con itinerarios muy completos. Eso nos sirve para generar más vacantes y oportunidades para nuestros estudiantes, por encima de la demanda que tenemos».

 

Luchar contra el paro

 

Junto con la consejería de Educación, y dentro de esta formación integrada, va de la mano la de Empresas y Empleo. A los certificados de profesionalidad no sólo pueden acceder jóvenes estudiantes, también personas en paro que quieran seguir su formación para buscar un nuevo trabajo, incluso un 30% de las plazas pueden ser para trabajadores que busquen especializarse en alguna de las materias impartidas. Al final un certificado de profesionalidad permite acreditar una competencia profesional y añadir experiencia al currículum. Se divide en módulos formativos y algunos disponen de un módulo final de prácticas en empresa, que en muchos casos favorecen a la empleabilidad.

Así lo explicaba Amador Pastor, «sirven para personas trabajadoras que quieran recualificarse, para desempleados que quieran obtener una cualificación para entrar al mercado de trabajo, o para personas que estén estudiando otros ciclos formativos y quieran obtener este certificado profesional que les de esa competencia y nuevas posibilidades de mercado».

Junto con la consejería de Educación, y dentro de esta formación integrada, va de la mano la de Empresas y Empleo. La consejera, Patricia Franco desgranaba que han invertido 2,34 millones de euros y llegará a un total de 800 personas. La consejera de Economía también añade que integrar esta formación en los centro educativos, significa «sumar a una parte de la sociedad que hasta ahora estaba fuera de los centros», es decir, «es esa población desempleada que está recualificandose y aspira a conseguir oportunidades laborales y que lo vuelve a hacer en los institutos de la región».

Para Patricia Franco es algo «muy importante, significa la apertura total de los centros educativos al conjunto de la comunidad, y no sólo a la comunidad educativa, si no a la comunidad social y empresarial».

El consejero de educación por su parte también reconocía al respecto que «es una formación muy cualificante y estamos en diálogo constante y continuo también con las empresas. Son ellas las que nos van marcando la necesidad de los perfiles profesionales que necesitan».

Ambos consejeros aprovecharon la visita al IES Andrés de Vandelvira de Albacete para acompañar a los 12 alumnos del certificado profesional de Pastelería y Confitería, y apuntaban que con esta formación «no sólo está la motivación por aprender y crecer dentro de su empresa, no hay que perder de vista que de aquí también pueden salir emprendedores que decidan crear su propio negocio».

Para Javier Tornero, profesor del certificado de pastelería y confitería, esta oferta integrada «es muy importante que se haya implantado en los centros educativos, porque una vez más, deben ir educación y empleo de la mano. Es una forma de dar visibilidad, que seamos escaparate y luego que haya una correcta inserción laboral que está faltando y hay demanda. Llevamos alrededor de dos semanas y somos prácticamente una familia. Hay que trabajar en equipo, como en cualquier empresa».

Unos certificados profesional que desde la consejería de educación están convencidos de que han llegado para quedarse, pues como puntualizaba Amador Pastor «están dando muy buen resultado».

 

La comunidad educativa se muestra encantada con esta oferta integrada

 

Al final más de 180 personas de la provincia realizarán a lo largo del año alguno de los 12 certificados de profesionalidad que se impartirán en institutos albacetenses. El de Pastelería y Confitería en el IES Andrés de Vandelvira comenzaba a mediados de marzo y finalizará antes de mayo.

Serán un total de 120 horas y el docente que lo está impartiendo, Javier Tornero, explicaba para La Tribuna que «los alumnos tienen una gran iniciativa y mucha participación. Al final es un trabajo de equipo. Estamos capacitando profesionalmente de cara a la inserción laboral y si están motivados, después en la empresa darán un rendimiento del 200% y es lo que se busca».

Los alumnos en el primer módulo están aprendiendo sobre galletería, masas, y cremas y rellenos. El siguiente será sobre producto terminado, tartas o producto de escaparate.

Uno de los alumnos, Félix Poveda, narra que este certificado «es muy útil. Nos sirve para todo, para sumar currículum, para experiencia en la vida y lo recomendaría a todo el mundo. Da igual la edad, cualquier persona está capacitada para ponerse en cualquier momento y aquí ayudan a todo el mundo. No importa que no tengas experiencia. Hemos aprendido a realizar panes, el reposo de la masa y las fermentaciones necesarias, también la elaboración de cremas y bizcochos».

Su compañera Ainhoa Alfaro comparte opinión al respecto. «Está muy bien. Ayuda a personas desempleadas que quieran trabajar en este entorno y lo cierto es que se necesita mucha gente. Hemos aprendido bastante variedad. Postres que no sabíamos ni que existían y que son muy fáciles de elaborar. Me decidí por este certificado porque me gusta la pastelería y me gustaría poder dedicarme a esa profesión en un futuro».

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