La disputa de los cañones antigranizo se extiende por Albacete

E.F
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La Asociación del Sureste contra la Manipulación del Clima afirma que el estruendo de estos controvertidos equipos que prometen evitar los pedriscos ya se escucha en Pozo Cañada, Pozondo y Chinchilla de Montearagón

Fotografía de un camión antigranizo móvil, instalado en la caja de un camión. - Foto: A.S.C.M.C.

El estruendo de los cañones contra el granizo se extiende por la provincia de Albacete. Si antes era común en las zonas más próximas a las comunidades de Valencia y Murcia, ahora ya empieza a ser común en zonas más alejadas.

Ésta es la afirmación que se hacía ayer desde la Asociación del Sureste contra la Manipulación del Clima y que, en su momento, alertó de la presencia de estos controvertidos equipos en municipios como Tobarra o Caudete.

De acuerdo a los datos recabados por esta entidad que forman agricultores murcianos y albacetenses, ya llegan noticias del uso de los cañones de la discordia en fincas de Pozo Cañada, Pozohondo y Chinchilla de Montearagón.

Según afirma el presidente de la Asociación, Urbano Pérez, en este mes «los cañones se escucharon antes de que las nubes con algo de agua aparecieran en la zona de Pozo Cañada, en las inmediaciones de una finca de riego».

A la entidad no le consta, por el momento, que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que es el organismo de cuenca competente en este municipio, «haya otorgado autorización para el uso de estos dispositivos».

Desde la Asociación, se insta a las autoridades y a la Confederación «a que se tomen medidas claras y transparentes para evitar el uso de estos cañones, cuyo impacto preocupa en los vecinos y los agricultores de la zona».

El uso de estos equipos ya causó movilizaciones en el ámbito de la Confederación Hidrográfica del Segura. En Julio, su presidente, Mario Urrea, se llegó a reunir con los integrantes de la Asociación, para dejar clara la posición de la CHS.

En aquel momento, Urrea precisó que el uso de cañones antigranizo sólo es legal si cuenta con la autorización expresa del organismo de cuenca, por lo que su uso sin el debido permiso es «irregular».

No obstante y pese a las advertencias de sanciones y precintos, los cañones siguen en funcionamiento, dice la Asociación.