Manuel Caballero se presenta con mucha seriedad en Las Ventas

Pedro Belmonte
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No hubo opciones con ninguno de sus dos novillos, pero dejó impronta de novillero cuajado y capaz

Manuel Caballero en el inicio de su primera faena. - Foto: Pedro Belmonte

En el primer festejo del certamen "Cénate Las Ventas", saltaron al ruedo madrileño hasta 8 novillos, 6 del hierro titular de La Guadamilla, un primer sobrero de Chamaco y el segundo de Los Chospes y entre mansos y bajos de casta, no permitieron que ninguno de los tres espadas tuviera opción de triunfo y al que se le desplazó en varias ocasiones, marró con la espada. Se cubrió un tercio del aforo en tarde con calor pero agradable.

La presentación fue irregular aunque todos lucieron astifinas defensas, siendo protestados todos ellos por el exigente tendido 7, pareciendo que salen enfadados de casa y les cuesta mucho disfrutar en la plaza ¿para que van a un espectáculo tan nefasto si no les gusta?

Vamos a lo importante. Manuel Caballero tuvo una actuación muy seria y competente, con dos novillos de distinta condición. Le fue devuelto el primero de su lote por falta de fuerzas y corrió turno, saliendo en su lugar el sorteado como quinto, un animal cuesta arriba, silleto y feo de hechuras, embistiendo descompuesto y protestón, con el que estuvo muy firme logrando momentos buenos al natural, ya que por ahí se dejó algo, lo que utilizó el de Albacete para adornarse en los finales con naturales de frente con mucha elegancia y empaque, esperándolo siempre al tener el viaje más corto que por derecho pero mas claro. Una media estocada tendida le hicieron escuchar palmas tras doblar el novillo.,

El primer sobrero, lo lidio como quinto, con el hierro de Chamaco y ya desde salida anduvo suelto, manseando, sin querer repetir en los engaños, arreando en el caballo y apretando en banderillas, debiendo llegar hasta en medio de los pitones, muy astifinos por cierto, Víctor Martínez en su par. El novillo quería tablas y allí se fue Manuel Caballero a plantearle la pelea, pues así tuvo que ser, atacándole mucho dejándole la muleta en la cara para que repitiera y muy metido con él logrando algunas series en redondo de mucho merito, valor, firmeza y solvencia, sin duda los mejores pasajes de la noche, que llegaron con fuerza al tendido, toreando al natural con naturales de gran ejecución pero sueltos porque ya no repetía. Una pena los dos pinchazos antes de la estocada que hizo rodar al novillo sin puntilla, escuchando palmas tras el arrastre.

Abrió plaza el jienense Pedro Gallego, que al igual que Caballero se presentaba en esta plaza y en ambos novillos se fue a porta gayola, resultando arrollado en su segundo, arrancándole una manga de la chaquetilla, salvándose de milagro. Su primer novillo fue incierto y además no tuvo entrega, impidiendo que la faena cogiese vuelo, escuchando dos avisos al no estar acertado con los hierros, silenciándose su labor.

Manso aunque encastado fue el que hizo cuarto, metiendo la cara con franqueza por el pitón derecho, por el que logró cuajarle algunas tandas buenas y limpias, adornándose antes de matar con derechazos sin la ayuda. Hubo cierta petición tras un pinchazo y estocada y escuchó palmas.

El mejicano Bruno Aloi es valiente y resuelve bien. Su primero, mansito y pendiente de todos menos del que se ponía delante, pudo herir de gravedad a Pascual Mellinas, cuando se le arranco sin venir a cuento y el banderillero erro en tomar el estribo, apretándolo contra las tablas y solo al parecer, contusionando el gemelo. Bruno comenzó muy valiente de rodillas en los medios, componiendo una faena sobre todo por el pitón derecho, muy templado a pesar de que el de La Guadamilla tendía a venir por dentro. Una estocada tendida y trasera y un descabello, provocaron cierta petición aunque insuficiente, recogiendo una ovación.

El que debía cerrar el festejo también fue devuelto, saliendo el segundo sobrero con el hierro albacetense de Los Chospes de buena presencia, que salió muy suelto y apenas pudo darle dos verónicas templadas. Le brindo el novillo al matador Emilio de Justo que se encontraba en el tendido y a partir de ahí el novillo quedó con poco recorrido y protestón, utilizando recursos en la distancia corta sin que llegara al tendido. Media estocada y silencio.