«Todo se basa en cómo funciona el lenguaje»

A. Díaz
-

Almudena Sánchez acaba de publicar su primer poemario, 'Gramática de mi madre'

Almudena Sánchez. - Foto: Víctor Fernández

Almudena Sánchez acaba de publicar su primer poemario, Gramática de mi madre. La escritora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra. 

Cambia de género, de relato y novela a poesía, ¿por qué?

Bueno, porque creo que no soy una escritora ni de novela, ni de relato, de un tipo de género en concreto. Me gusta la literatura, soy versátil y cada historia te pide su género. Me muevo por las temáticas, lo que me pide el texto, puede que sea por eso.

¿Es difícil ese tránsito?

Un poco, porque la poesía me parece el grado más alto de literatura, me da mucho respeto. Sí que ha sido difícil en el sentido de romper un poco con ese respeto que de daba la poesía, para poder acercarme a ella y trabajar. La literatura es una cosa de meterse en el texto, estructurar, manosear ese texto, hay que perder un poco el respeto a un género para poder trabajarlo bien y eso es lo que me ha costado, acercarme a ella. Más que nada, con la admiración, inteligencia, emoción y trabajo que requiere la poesía. 

¿Mucho tiempo para darle forma?

Más o menos, como en la narrativa, he tardado dos años, como en un libro de relatos. Cuando ves el resultado, en la esencia está el trabajo, al final cada palabra cuenta en la poesía.  

¿Por qué Gramática de mi madre?

El poemario refleja esa comunicación, ese lenguaje secreto que tienen las madres con las hijas, que a veces te entiendes, otras no, es una gramática propia, inexplicable, de gestos, de miradas, de intuición. Quería hablar de las madres y las hijas, de las mujeres en general y cómo hablamos entre nosotras y nos comunicamos y qué se esconde detrás de ese lenguaje que está ahí y no hacemos nunca referencia. Lo he hecho en clave de poesía porque es la única forma en que he podido abordar este tema que es inasible, como abstracto, volátil.

¿Qué se esconde detrás de ese lenguaje?

Creo que se esconde amor, pero es como un amor incomprendido. Casi todo lo que hacemos en el mundo lo hacemos por amor, hacer amigos, criar a un niño, pero a veces ese amor hay momentos en que se nos escapa, hay una cierta incomprensión, también siglos de tradición, cómo nos han dicho a las mujeres que tenemos que comportarnos. Todo ese discurso afecta a la relación entre madres e hijas, entre mujeres, obviamente, porque llevamos detrás un lenguaje difícil de liberar, intentando expresarnos de una forma en que no duela.    

 

(Más información en edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete)