La defensa recurre la sentencia de la vendedora de la ONCE

Josechu Guillamón
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María Rosa Muñoz cree que al condenado deben aplicársele las atenuantes de confesión y de arrebato, lo que podría suponer que la pena bajara en un grado

Imagen de la abogada María Rosa Muñoz, junto a su cliente, durante el juicio. - Foto: EFE

La abogada María Rosa Muñoz, defensora del hombre condenado a la pena de prisión permanente revisable por el crimen de la vendedora de la ONCE, María Isabel de la Rosa Cózar, ha recurrido la sentencia de la Audiencia Provincial al entender que no es la adecuada para su cliente, A.G.S., que también fue condenado a un año de cárcel como responsable de un delito de hurto, por quedarse con 'rascas' de su víctima.  

 En concreto, la letrada quiere que se le apliquen a su cliente dos atenuantes, una de confesión y otra de arrebato, algo que ya solicitó en el juicio, pero que el Tribunal del Jurado no tuvo en cuenta.

En lo que se refiere a la atenuante de confesión, la letrada explicó a La Tribuna de Albacete que su cliente le contó a la Policía lo que había sucedido desde un primer momento. «Andrés le contó a la Policía todo lo que había sucedido, desde el principio y yo estimo que con ello colaboró y ayudó a que el  esclarecimiento de los hechos fuera bastante rápido». 

confesión. Una confesión que no se tuvo en cuenta en el juicio, celebrado a principios de junio, como recordaba la abogada. «Esa confesión no se ha tenido en cuenta, en absoluto, ni por parte del jurado, ni por la magistrada que dictó la sentencia, porque la magistrada está constreñida a lo que dicen los jurados, pero hay algunas contradicciones, porque él confesó antes de que se hubiera dirigido la acción contra él». 

María Rosa Muñoz, también pide que se tenga en cuenta la atenuante de arrebato. «Mi cliente había estado en prisión, muchos años antes, por otro tema que no tenía nada que ver con esto y ante la discusión que se produjo entre ellos, yo considero que se sintió atemorizado».

La abogada, a la que le tocó el caso en una guardia del turno de oficio, señalaba que no ha solicitado una eximente. «Ni siquiera he pedido una atenuante muy cualificada, pero sí la atenuante del arrebato, que te puede ocasionar en un momento dado, una situación de miedo, que no te permite controlar, ni gestionar tus emociones».

En este sentido, Muñoz recordaba que su cliente y la víctima eran amigos. «Fue una auténtica desgracia, pero fue así, ellos eran conocidos y amigos, quedaron a tomar una caña en su casa y se originó una pequeña discusión que podía haber desembocado simplemente en una pelea, pero desembocó, desgraciadamente en lo que ocurrió».