La apicultura entra en Patrimonio Cultural español

Redacción
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El BOE reconoce la apicultura como patrimonio cultural, no sólo por su peso económico y agronómico, sino también por su contribución a la biodiversidad y la cultura rural

Fotografía de archivo de una explotación apícola. - Foto: E.P.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el Real Decreto que reconoce la apicultura en España como Patrimonio Cultural Inmaterial. Esta iniciativa, impulsada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, busca preservar esta práctica ancestral.

La apicultura tiene un arraigo especial en Albacete, con 49.757 colmenas, la mayoría trashumantes. Este reconocimiento llega en un momento crucial, ya que la apicultura enfrenta amenazas como el cambio climático y la falta de relevo generacional.

La comunidad apícola es esencial para mantener este oficio, cuyos conocimientos se transmiten de generación en generación. Desde el Neolítico, la apicultura ha evolucionado hasta las modernas técnicas actuales, como la apicultura movilista.

Sus prácticas incluyen la captura de enjambres, la cata y colado de la miel, y la transhumancia apícola. Además, está vinculada a la gastronomía, las actividades agroganaderas y los rituales culturales.

La apicultura ha dado lugar a festividades, creencias y valores que han dejado una huella profunda en las comunidades rurales. Participan tanto profesionales como personas que complementan su actividad principal con la apicultura.

La apicultura juega un papel vital en la biodiversidad. Gracias a la polinización, contribuye a la regeneración de ecosistemas y permite detectar cambios climáticos mediante el seguimiento de la floración y la salud de las abejas autóctonas.

Su protección beneficia no solo a los apicultores, sino a todo el equilibrio ecológico. La apicultura es una práctica que combina tradición y modernidad, y su reconocimiento como patrimonio cultural asegura su preservación para futuras generaciones.