«Tenemos talento y arte, pero hay que saber gestionarlo»

V.M.
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El bailarín albaceteño Esteban Berlanga es Medalla de Oro de Castilla-La Mancha: «Espero que este reconocimiento venga cargado de energía para hacer cosas por y para la danza en nuestra región»

«Tenemos talento y arte, pero hay que saber gestionarlo» - Foto: Alba Muriel

El bailarín albacetense Esteban Berlanga Fernández (Motilleja, 1986) recibirá una de las tres medallas de oro de Castilla-La Mancha con motivo del Día de la Región, cuyo acto institucional tendrá lugar en el Palacio de Congresos El Greco de Toledo. La consejera portavoz, Esther Padilla, destacaba durante el anuncio de las distinciones la «destacada trayectoria internacional y la contribución al prestigio de la danza de Berlanga», que ha desarrollado su carrera como solista en el English National Ballet de Londres (2009), en la Compañía Nacional de Danza durante cinco temporadas y actualmente como bailarín principal del Ballet de Zúrich.

Durante su trayectoria ha recibido numerosos premios, pero esta medalla de oro de Castilla-La Mancha imagino que supondrá un reconocimiento muy especial, ¿no es así?

Todo premio es recibido con sorpresa y gratitud. La verdad es que esta medalla de oro es un reconocimiento al trabajo duro y al sacrificio de estos años. Lo recibo superagradecido y superilusionado de saber que la danza está llegando a los premios más importantes de nuestra Comunidad. Feliz de recibirlo y poder dar voz a este gremio que tanta ayuda necesita. Espero que este reconocimiento venga cargado de energía para hacer cosas por y para la danza en nuestra región.

¿Qué siente al recibir tantos elogios y alabanzas en esta tierra cuando, sin embargo, la mayor parte de su carrera profesional la ha debido realiza fuera de España?

Con todos estos elogios y premios me siento afortunado, porque para mí bailar siempre fue mi sueño y no algo que hiciera por recibirlos. La verdad es que es una pena que gran parte de mi carrera haya transcurrido fuera de España, pero es algo que decidí en su momento. En España no tenemos realmente muchas opciones en lo que a compañías profesionales se refiere.

¿Considera que el mundo de la danza se ha revitalizado en gran medida durante los últimos años en nuestro país?

Creo que España no se ha revitalizado para nada en ese aspecto. Todavía queda mucho por hacer, faltan ayudas y compañías, falta público y sobre todo falta unanimidad en el sector, faltar el estar ahí para los compañeros de profesión y dejar de echar la zancadilla. Contamos con lo más importante: tenemos talento y arte, pero hay que saber gestionarlo. Así que los jóvenes que quieran dedicar su vida a esta preciosa profesión tendrán que salir de España, ya que no habrá sitio para todos ellos, al no disponer de tantas opciones como en otros países.

Comenzó su carrera como solista en el English National Ballet y más tarde en la Compañía Nacional de Danza, ¿qué recuerdos guarda de esas etapas?

Pues son recuerdos maravillosos de dos etapas de mi vida y mi carrera totalmente diferentes. Para mí el English National Ballet es mi casa, donde crecí, donde me enseñaron a bailar de verdad, donde me formé como artista, donde aprendí a respetar la profesión, donde soñaba a lo grande, sueños que poco a poco se hicieron realidad... me dieron mucho, tanto en el escenario, como fuera de él. Amistades para siempre, profesionales que me han acompañado durante toda la carrera, en fin sólo cosas buenas puedo decir de esa etapa en Londres.

Con la Compañía Nacional de Danza en Madrid fue una experiencia muy bonita también, diferente en muchos sentidos, cuando ingresé lo hice ya de bailarín principal y fue un poco más maduro, lo cual ya te sitúa de otra manera en una compañía e incluso con los compañeros, pero bailé mucho y bien, repertorio bastante diferente al que teníamos en Londres e incluso ballets que nunca imaginé que podría bailar. Aparte viví unos años cerca de mis amigos y familia y pudieron disfrutar de mi baile con mucha más frecuencia, siempre bailar para los tuyos es maravilloso.

¿Qué balance hace de  su nueva etapa como bailarín principal en Zúrich y ahora con Cathy Marston como nueva directora?

Mi etapa en Zúrich está siendo fantástica. Hace seis temporadas que estoy allí y puedo decir que es un pedazo de compañía, donde me han acogido muy bien y se me valora muchísimo. Una vez más es una etapa diferente, obviamente por mi edad y por el repertorio también diferente que hacemos. En esta carrera no se dejar de aprender conforme va pasando el tiempo, así que es maravilloso que un grupo de bailarines te aporte tanto y te haga querer mejorar día tras día. El Ballet de Zúrich ha cambiado un poco esta primera temporada con la nueva directora, Cathy Marston, y necesitamos un poco de tiempo para amoldarnos a la nueva manera de trabajar y conocer a los nuevos bailarines. Cathy es coreógrafa y directora y es una persona sensible, creo que valora mucho mi presencia en el escenario y respeta también las decisiones de los bailarines con sabiduría. Estoy agradecido a Cathy porque haya querido contar conmigo para esta nueva etapa.

¿En qué montaje se encuentra trabajando actualmente y qué proyectos tienen para la temporada?

Bueno estamos ya casi llegando al final de la temporada, que terminamos a finales de junio. Estamos con los shows de Atonement, que es el primer ballet de Cathy para la Compañía, y a la vez estamos ya ensayando a saco Nijinski, de Marco Goecke, es una pieza muy especial para mí, una locura de ballet, física y emocionalmente, la recomiendo a todo aquel que le interese la danza. Nijinski lo repondremos el 14 de junio y luego tenemos dos funciones de The Cellist, también de Cathy Marston, los días 26 y 27 de junio, en los que hago el papel de Daniel Barenboim y en los que comparto escenario con todo el ballet, pero en especial con Giulia Tonelli, en las que serán sus últimas funciones con la Compañía, y con un compañero a quien admiro, Wei Chen. Después de esto nos iremos de vacaciones, pero yo tengo una gala de estrellas en Lourdes, con mi excompañera y amiga Michelle Willems (solista de la Deutsche Oper Berlin), a la que tuvimos la suerte de ver en Albacete durante la primera edición de Mi arraigo, vuestra danza, y bailaremos Romeo y Julieta, de Christian Spuck.

 ¿Cómo logra mantenerse en forma a sus 38 años con la exigencia que entraña mantenerse como solista en una Compañía de primer nivel?

Lo de mantenerme en forma a mi edad es difícil, la verdad es que tenemos buenas clases de calentamiento y buenos maestros con nosotros diariamente. El ritmo de una compañía profesional te hace estar en forma y más si sueles bailarlo todo, eso no quita que yo tenga mi entrenador personal, Miguel Salen, un alicantino afincado en Zúrich, que me mete mucha caña, además también hago gimnasio y recibo muchos cuidados de nuestros fisios para prevenir lesiones.

 ¿Se mantendrá la Gala de la Danza que promueve en el Teatro Circo de Albacete este año?

La velada internacional Mi arraigo, vuestra danza  se mantendrá si todo va bien y si las condiciones mejoran con respecto a la última edición. Ya dije en otras ocasiones que me encantaría que se institucionalizara como parte de la programación de la ciudad de Albacete, para que seamos un referente dentro del mundo de la danza en España.

¿Entra en sus planes regresar a nuestro país a medio plazo?

¿Volver a España? Ni idea, a bailar seguro que no. Una vez me retire no puedo decir que no volveré, pero la verdad es que no sé que será de mi vida una vez cuelgue las zapatillas.