La amplísima nómina de paisanos que, por diversas circunstancias debieron salir de la tierra, casi siempre muy a su pesar, engloba todo tipo de profesiones y/o artes. No podía faltar la relacionada con la investigación científica en general y la biología en particular. Como es el caso de Daniel Tornero, también neurólogo, con una gran currículum no sólo en España, sino en otros países a través de sus numerosos artículos publicados en las más importantes revistas, algunos de los cuales han supuesto trabajos pioneros en el campo de la terapia celular para el ictus cerebral. Además, ha impartido conferencias a nivel internacional en diversas ciudades y tiene colaboraciones con multitud de países entre los que destacan Suecia, Japón, Reino Unido, Austria y Suiza.
En todos estos destacados personajes de la diáspora hay un denominador común: su ejercicio de albaceteñismo, cual acontece con Tornero. El acto será el que cierre, hasta después del verano, el próximo sábado 15 de junio la serie de estas charlas y coloquios con ejemplares albacetenses que han ido participando en la serie que organiza la Asociación Cultural Albacete en Madrid y que se celebra en la Diputación.
Los proyectos actuales del paisano se centran en el estudio de los mecanismos de reparación asociados a terapias celulares aplicadas a lesiones cerebrales y enfermedades neurodegenerativas. Lo que significa en particular la integración funcional de las células trasplantadas y la reconstrucción de los circuitos neuronales dañados. Una labor que desarrolla en el laboratorio de Células Madre Neuronales y Daño Cerebral, que precisamente creó él poco después de su regreso de otros importantes trabajos en Suecia.
Este centro, perteneciente al Departamento de Biomedicina de la Universidad de Barcelona, también depende tanto del Instituto de Neurociencias como del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer del Hospital Clinic de Barcelona y también al Centro de investigación biomédica en red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned). Igualmente participa en proyectos internacionales relacionados con el desarrollo de modelos, tanto en vivo como en vitro, que ayuden a entender los procesos neurodegenerativos y las enfermedades que afectan al neurodesarrollo.
En Suecia estuvo casi dos décadas para realizar una estancia postdoctoral en el Centro de Células Madre de Lund, en el Laboratorio de Células Madre y Neurología Restaurativa, donde desarrolló terapias celulares basadas en este tipo de células pluripotentes inducidas (iPSC) en un modelo de ictus isquémico. También investigó el rol de diferentes poblaciones de células inmunitarias en la respuesta inflamatoria después de un ictus isquémico.
Más allá de lo profesional, en el país nórdico aprendió muchas cosas, como relata a La Tribuna: «Se trata de una sociedad más avanzada en muchos aspectos. Hay respeto por el medio ambiente y mucha empatía por los demás. Pude disfrutar de la vida sin coches, ya que en la ciudad donde vivía la gente se movía principalmente en bicicleta».
De inmediato añade algo ejemplar para los españoles y es que la gente entiende que los impuestos no sólo son necesarios, sino que son la base de una sociedad igualitaria y justa. Nadie intenta hacer trampa con eso, y algunos contribuyentes incluso aportan más de lo que les toca. Lo que le vale la siguiente reflexión: «Creo que hasta que aquí, en nuestro país, no se entienda que cuanto más impuestos se pagan, mejor es la sociedad y mejor se vive, seguiremos sin llegar al nivel de otros países del norte».
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