En la noche del 13 al 14 de agosto, en medio de una tormenta eléctrica, el gran estruendo de un trueno precedió al rayo cayó en el pararrayos instalado en la parte más alta de la Iglesia de El Salvador. Y como en la famosa escena de la película Regreso al Futuro, el reloj de la torre se paró, en este caso, a las 3,40 minutos de la madrugada. Aunque el pararrayos cumplió su función, controlando el impacto, los daños materiales son cuantiosos.
El párroco de La Roda, Fernando Zapata, explica que «el pararrayos y todos los sistemas eléctricos protegieron la iglesia, todo funcionó correctamente». Los desperfectos fueron consecuencia de la descarga eléctrica que «entró por la toma de tierra» arrasando todo lo que encontró a su paso. «El rayo fue de gran magnitud», señala Zapata, que añade que «no se ha podido calcular exactamente».
Dejó de funcionar la megafonía, la calefacción, la fotocopiadora, las campanas, el reloj del campanario, cámaras de seguridad y diferentes aparatos eléctricos… la lista de desperfectos suma 26.044 euros; 5.200 euros correspondientes a la sustitución de nueve estufas de la calefacción, 320 euros el reloj, la sustitución del pararrayos, 2.750 euros, las campanas, 6.953, el equipo de sonido, 5.800 euros y 3.000 euros la fotocopiadora.
Tras lo ocurrido, el primer paso fue llamar al Obispado y dar parte al seguro que, tras la visita del perito, cubrirá el 100% de las reparaciones necesarias, pero «al precio de lo que costó en su momento», la parroquia tendrá que «asumir la diferencia con los precios actuales», según el párroco. Una diferencia que todavía deben cuantificar.
Por su parte, el vicario parroquial, José Valtueña, señala que en los años 50, una ley obligó a los ayuntamientos a poner pararrayos en los lugares más altos para proteger las localidades. «De hecho, si no hubiera estado el pararrayos de la Iglesia no sé qué hubiera pasado en la iglesia y alrededores porque también provocó desperfectos en la residencia municipal de mayores Virgen de los Remedios. Podíamos haber tenido una desgracia tremenda porque el tubo del gas está a medio metro del lugar donde cayó el rayo». Además, el rayo cayó de noche, cuando la iglesia estaba vacía.
En la residencia municipal Virgen de los Remedios se estropeó el telefonillo, el ascensor, alguna lavadora, enchufes… En algunas viviendas cercanas a la iglesia, el rayo también estropeó algunos televisores y móviles que estaban cargando en el momento en el que cayó la descarga eléctrica.
Solidaridad. Los sacerdotes agradecen la generosidad de algunos vecinos que han donado dinero para sufragar los gastos. «Incluso les hemos tenido que decir que esperaran al seguro, tampoco se trata de hacer una recaudación porque luego pediremos otra cosa y la gente responderá», apunta Valtueña. Otros parroquianos, especialistas en oficios, se han ofrecido para llevar a cabo reparaciones sin cobrar. Colectivos y partidos políticos se han preocupado por este asunto. «Eso te hace no sentirte solo ante una cosa que es un poco de todos» porque el pararrayos protege a la localidad, y el reloj, por ejemplo, es un servicio para La Roda.