El subdelegado del Gobierno, Miguel Juan Espinosa, dio cuenta de la operación 'Bismarck-Pantene' contra la explotación laboral cuyo principal resultado es el desmantelamiento de una red de trata de personas radicada en el término municipal de Hellín.

La red tenía varios locales y domicilios en la ciudad, pero operaba a través de una ETT fantasma radicada en un bar de la ciudad hellinera. Desde allí, ofrecían contratos irregulares, con identidades de personas reales, a trabajadores del sector agrícola.

Las condiciones de trabajo, según describió el subdelegado, eran de auténtica explotación pues "les cobraban por todo", esto es, por el transporte, el alojamiento, el material de trabajo y por la obtención de contratos y permisos de residencia falsos.

La operación, de momento, se salda con seis personas detenidas, cuatro investigadas y un mínimo de 20 trabajadores afectados, aunque se cree que pueden ser muchos más, ya que la red tenía ramificaciones en Cieza (Murcia) y Sedavi (Valencia).

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