Los estatutos de Ceuta y Melilla, con los que se completó el mapa del Estado autonómico surgido de la Transición, cumplen ahora 30 años. Fue el 14 de marzo de 1995 cuando el BOE publicó las leyes orgánicas que contienen ambas normas, sancionadas la víspera por el rey Juan Carlos. Se cerró así un proceso de descentralización del Estado unitario del franquismo que empezó a materializarse en diciembre de 1979, solo un año después de aprobarse la Constitución, con la entrada en vigor de los estatutos del País Vasco y Cataluña.
Un proceso al que se fueron sumando, no sin polémicas en varios casos, Galicia, Andalucía, Asturias y Cantabria en 1981; La Rioja, Murcia, la Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias y Navarra en 1982; y Extremadura, Baleares, Madrid y Castilla y León en 1983.
Sin embargo, no fue hasta 12 años después que se resolvió el largo debate de la autonomía de Ceuta y Melilla, en el que, como escribió por entonces la profesora asociada de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo Paloma Requejo, «unos quieren una ciudad con ley ordinaria de ampliación del régimen local y otros una Comunidad Autónoma con Estatuto de Autonomía».
La «combinación», en palabras de Requejo, que buscaban los principales partidos -PSOE y PP- fue la «ciudad con Estatuto» o «ciudad autónoma», partiendo además la iniciativa, a diferencia de en los casos precedentes, del Estado y no de los territorios.
Dos modelos gemelos
En una tramitación paralela, los proyectos de Ley Orgánica de los estatutos de Ceuta y de Melilla, ambos idénticos salvo por el nombre de la ciudad, fueron aprobados por el Consejo de Ministros el 2 de septiembre de 1994 y llegaron al Congreso de los Diputados el 13 de ese mismo mes.
Tras rechazarse sendas enmiendas a la totalidad de Izquierda Unida para que se constituyesen en comunidades y no ciudades autónomas, los proyectos fueron aprobados por el Pleno del Congreso el 27 de diciembre de 1994 por 308 votos a favor, ninguno en contra y 19 abstenciones, y luego en el Senado el 22 de febrero de 1995 por 222 votos a favor, dos en contra y cuatro abstenciones.
¿Más atribuciones?
Desde entonces, el debate entorno al nivel de autonomía de Ceuta y Melilla ha reaparecido en distintas ocasiones y de hecho continúa todavía.
En Melilla, ahora que celebra sus 30 años de existencia, el Estatuto va a iniciar una reforma «de máximos» que podría alcanzar, incluso, la propuesta de convertirse en comunidad autónoma. El PP acaba de lanzar ese dardo, pero parece que no dará en la diana del consenso ni en Melilla ni en Madrid.
En la propia ciudad, porque la propuesta de Génova solo seduce, por ahora, a los partidos localistas que reconocen en todo caso que la unanimidad es necesaria para que tenga opciones de éxito en las Cortes Generales.
Y en estas, porque PSOE y Vox, que en la ciudad solo suman cuatro escaños pero en el Congreso de los Diputados aglutinan 153, ya han confirmado su oposición a ese escenario de reforma estatutaria.
No hay consenso ni siquiera dentro del mismo PP, pues en Ceuta el Gobierno presidido por el también popular Juan Jesús Vivas no se ha planteado reformarlo y ha enfriado esa posibilidad.
En esta ciudad, sólo el partido localista Ceuta Ya! -con dos de los 25 diputados de la Asamblea- mantiene hasta la fecha su reclamación de que este territorio se convierta en Comunidad Autónoma, la última vez en el Pleno del pasado 28 de febrero, donde cosechó un nuevo rechazo.
Aquel día, la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, del PP, expresó las dudas del Ejecutivo liderado por Vivas respecto a que convertir a Ceuta en una comunidad territorial, como el resto de las autonomías, sea una «necesidad real» y defendió «otras alternativas» como mejorar las competencias o la organización de la ciudad norteafricana.
Chandiramani sostuvo que en estos años la ciudad ha tenido «un régimen jurídico válido para estar presentes en la organización institucional del país, en las reuniones del Consejo de Política Fiscal o para poder ser un interlocutor directo con instituciones que hablan al mismo nivel que las comunidades».
Y en efecto, Ceuta y Melilla forman parte en la actualidad de los principales foros de cogobernanza multilateral, entre ellos la Conferencia de Presidentes, el máximo órgano de cooperación política que existe entre el Gobierno de España y los de las comunidades y ciudades autónomas.