Si bien estaba previsto que ayer comenzara el derribo de las casas de la Renfe, en el barrio de Las Seiscientas, una vez el Ayuntamiento, a través de Urvial ya ha recibido prácticamente todas las autorizaciones judiciales para la ocupación de estas 64 viviendas, 52 de ellas de titularidad municipal, la acumulación de suciedad encontrada en los patios interiores, más las que han depositado los inquilinos en las últimas semanas, ha hecho que se retrase la demolición.
Según informó el concejal de Urbanismo, Julián Garijo, será en torno a 10 días cuando las máquinas entren de lleno al inmueble y procedan a su derribo, una vez que previamente los operarios de la empresa adjudicataria del contrato de demolición procedan a retirar la suciedad, escombro y enseres depositados en los patios, y en paralelo otros trabajadores totalmente ataviados con equipos de protección individual lleven a cabo el proceso de eliminación del amianto, altamente tóxico y perjudicial para la salud de las personas que están expuestas a este material.
Garijo reconoció que el retraso en el derribo se debe a que los trabajadores de la empresa que lleva a cabo este procedimiento no pensaba encontrarse tal cantidad de suciedad para su retirada en los patios interiores de los edificios.
En paralelo siguen llegando a Urvial las autorizaciones judiciales de ocupación de las viviendas que tienen que ser derribadas. Tan sólo quedan cuatro pendientes.
La empresa encargada de la demolición, cuyo contrato se adjudicó por 314.000 euros, tenía de plazo tres meses para la actuación.