Su condición de experto en temas medioambientales y de conocedor de la gestión pública, avalado por muchos años de experiencia, y por qué no decirlo, por su actual situación de jubilado, le convertían en un perfil ideal para asumir su nueva responsabilidad. Francisco Chico de Campos (7 de mayo de 1958, Viso del Marqués) ofrecía sus servicios a la administración regional y esta no dudaba en encomendarle la presidencia de la Junta Rectora del Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera, responsabilidad que asumía hace un mes.
Alcalde o concejal en el Ayuntamiento de su localidad natal desde 1990 hasta 2010, Francisco Chico también fue vicepresidente de la Diputación con Nemesio de Lara desde 1999 hasta 2007, y delegado provincial de Agricultura de 2007 a 2011. Es ingeniero técnico agrícola, especializado en explotaciones agropecuarias y hasta su jubilación, en 2021, ha desempeñado su labor profesional en la empresa Miguel Bellido de Manzanares. Siempre afín al PSOE, fue coordinador sectorial regional de Medio Ambiente.
¿Por qué este nombramiento y cómo lo asume?
El nombramiento surge a propuesta del vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades, y lo acepto fundamentalmente por tres motivos. El primero, porque todo el tema medioambiental y conservacionista me gusta, me encuentro cómodo. El segundo, por responsabilidad política, porque cuando has estado en el desempeño de actividades públicas, entiendes que tu responsabilidad como persona no termina cuando te jubilas y ya echas el telón, sino que estás ahí y crees que aún puedes aportar algo a la sociedad, y en eso nunca he regateado esfuerzos. Y el tercer motivo, y fundamental también, es porque ya estoy jubilado y puedo hacerlo, dispongo de ese tiempo para poder dedicarme a estos temas, y así poder devolver a la sociedad un poco de lo que la sociedad me ha dado a mí.
¿Cuál es la función del presidente de la Junta Rectora del parque? ¿Tiene algún tipo de remuneración económica?
Fundamentalmente es coordinar la actividad de la Junta Rectora del Patronato, que es un órgano colegial de carácter consultivo y asesor, y en ese sentido hay que estar totalmente coordinado e identificado con quien tienen las responsabilidades ejecutivas, que son la Consejería de Desarrollo Sostenible, el delegado y el director técnico. Hay que hacer propios los proyectos y los objetivos que tienen ahora en marcha y coordinar con el resto de instituciones que hay en el Patronato.
En cuanto a la remuneración económica, no tiene ningún tipo de contraprestación salarial.
¿Quién forma el Patronato y cuál es su funcionamiento?
Las dos diputaciones de las provincias en las que está ubicado el parque, la de Albacete y la de Ciudad Real; los ayuntamientos de Ruidera, Villahermosa, Alhambra y Argamasilla de Alba en la provincia de Ciudad Real, y el de Ossa de Montiel en la de Albacete; y el resto de instituciones y organizaciones que tienen representación, las que tienen actividad económica como la hostelería y la restauración, las asociaciones ecologistas, las fincas agrarias del entorno, empresas de ocio y multiaventuras...
El Patronato debe tener una reunión ordinaria al año, sobre el mes de abril, antes de la temporada alta de visitas al parque y después de la elaboración la memoria del ejercicio anterior, que se presenta a todos los miembros de la Junta Rectora. También se recogen todas las propuestas que haya de los distintos representantes, e incluso también iniciativas que puedan plantear terceras personas que no son miembros. También puede haber reuniones extraordinarias.
¿Qué retos o proyectos hay en su hoja de ruta como nuevo presidente de la Junta Rectora?
Existen varios proyectos en marcha y varios objetivos, entre los que están, por ejemplo, la elaboración del nuevo Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del parque, porque el actual es del año 95 y hay que adecuarlo a las necesidades actuales. Por poner un ejemplo, hay que modificarlo para poder instalar placas solares en los edificios, tanto en los particulares como en los propios del parque: o para organizar cierto tipo de actividades o, por ejemplo, para mejorar la accesibilidad.
Otro proyecto importante es la demolición de edificios, por ejemplo, el hotel del Gran Prior, o las antiguas centrales hidroeléctricas, con la idea de conservar alguna de las cinco para que quede vestigio de una actividad que se desarrolló en el parque y que pueda ser visitable.
El objetivo global y muy interesante es poner en valor el gran potencial socioeconómico que tienen las Lagunas de Ruidera y que hasta ahora está un poco diluido. Se trata de generar actividad económica.
¿Cómo se lograría esto?
Por ejemplo, incentivando las visitas a los centros de interpretación. El que hay a la entrada se quiere acondicionar y ya está el proyecto muy avanzado para que sea una zona de interpretación de la reserva de la biosfera.
Y hay que tratar de desestacionalizar las actividades en el parque. Aunque se sigan manteniendo esos niveles como gran atractivo de verano para bañistas, se trata de aprovechar los otros recursos para que se produzcan también un buen número de visitas el resto del año. Es decir, el parque tiene ahora mismo aproximadamente un número de visitantes de medio millón de personas al año, pero de ellos 150.000 lo visitan en el mes de agosto y solo 12.000 en enero. De lo que se trata es que los visitantes puedan pasar el día entero en el parque en cualquier época del año, comer en alguno de los establecimientos que haya, visitar los centros que hay, la central hidroeléctrica, organizarles rutas de senderismo, montarles observatorios ornitológicos, promocionar actividades deportivas... Es poner en valor todas esas potencialidades que tiene el parque, y para eso hay una serie de proyectos.
¿Cómo se puede regular la masificación de visitantes en verano?
El problema no es la masificación de personas que acuden a disfrutar del baño, sino la invasión de coches que se produce. Para ello, hay que hacer parking disuasorios, que ya hay una serie de áreas establecidas, facilitando el desplazamiento a través de un transporte público, que ya se ha puesto en marcha a modo de ensayo durante algún año, con un nivel de entorno a 6.000 usuarios. Esto hay que potenciarlo y poner estímulos de tipo económico y de otro tipo también, por ejemplo, haciendo que el billete de autobús también sirva para realizar alguna visita, hacer alguna ruta guiada o visitar ese observatorio de biofauna.
¿En qué momento hídrico se encuentran las Lagunas de Ruidera?
Tuve oportunidad de estar allí la semana pasada y la verdad es que se encuentran en un buen nivel, todas están con agua, incluso la Redondilla, que suele ser el termómetro de todo el parque.
¿Esperan entonces otra buena afluencia de visitantes?
Así es. El año pasado se superó el medio millón de visitantes, pero muy concentrado. En agosto fueron 150.000 personas, en julio llegaron 112.000; 42.000 en junio y 44.000 en mayo.
¿Cabe más gente en el parque en agosto? ¿Se puede limitar de algún modo la llegada de personas?
Lo ideal para el parque, desde el punto de vista de su conservación, no es crecer en verano, porque en verano está saturado, incluso por la capacidad de respuesta de los servicios que hay en la zona. La cuestión está en los meses que hay menos visitas, tratar de incrementarlos, presentando una oferta de las posibilidades que tiene. Limitar el número de visitantes en agosto es complicado, pero es cierto que ya se ha llegado a un nivel que superar ese número de visitantes puede crear problemas.
¿Cuál es la relación con los propietarios de explotaciones agrarias de la zona o con los colectivos ecologistas?, ¿hay tanto conflicto como en las Tablas de Daimiel?
No me consta que haya tensiones en ese sentido. Lógicamente, hay afección, sobre todo en la parte alta, pero por el sistema de funcionamiento de las lagunas se mantiene un equilibrio estable.
¿Cómo está el proyecto de la Junta de Comunidades de ampliar el parque con la recuperación del valle de las Hazadillas y Era Vieja?
Se trata de una finca, ubicada en la provincia de Albacete, que es propiedad de la Junta, de 1.984 hectáreas, de las cuales actualmente hay 576 incorporadas al parque y quedan otras 1.408 que ahora mismo están fuera y el objetivo es incorporarlas también. Ya se ha desarrollado un proyecto de recuperación del valle porque había un canal de drenaje que se había hecho para dedicarlo a explotación agrícola, y con las actuaciones que se están llevando a cabo se pretende recuperar y renaturalizar toda esa zona.
Está en curso la primera fase, que terminaba ahora en la primavera de 2025, que ha afectado a la zona de Las Lagunillas, donde se ha drenado, limpiado y se han llevado esos materiales a otra zona. Y lo que se va a hacer también es tratar de renaturalizar con las llamadas traslocaciones de sedimentos procedentes de las orillas de otras lagunas para que lleven semillas de la vegetación de ribera de esas zonas, y por su propia dinámica se renaturalicen.
Se está ahora mismo en esa fase, y luego la segunda fase, que ya será para el año que viene, será hacer un proyecto de monitorización y seguimiento para comprobar si se están consiguiendo los objetivos que se pretendían.
¿Cuál sería su primer mensaje como presidente del Patronato?
El mensaje no debe ser negar que el atractivo principal de las Lagunas de Ruidera sea el baño en los meses de verano, y tampoco de intentar limitar ese uso, pero sí de promocionar otros, aprovechando la gran potencialidad que tiene el parque durante otras épocas del año. Hay que favorecer la actividad económica de toda la zona de influencia, que son pueblos que están sufriendo las consecuencias de la despoblación de las zonas rurales, y con el parque se puede utilizar para frenar esa sangría.
Hay que ser ingeniosos y audaces, hacer mucha pedagogía, sobre todo con la gente joven, inculcarles el sentido de pertenencia al territorio y de tener el uso y disfrute de este recurso tan potente que tenemos ahí, que quizá no lo ponemos lo suficientemente en valor. Quizás haya que hacer más campañas de divulgación, conocimiento y promoción visitando colegios e institutos, para ir creando ese sentimiento y ese arraigo a la zona, a la comarca y al parque, que quizá sea una idea bonita poner en marcha. Se pueden promover un concurso de redacción o de pintura a los colegios, o la ESO. En resumen, tratar de crear ese sentimiento de pertenencia a un sitio muy especial, como son las Lagunas de Ruidera.