El premio a la Mujer Empresaria corresponde en esta ocasión a Dolores Andújar Serrano y Yolanda Morote Andújar, madre e hija que dirigen Embutidos Morote y Andújar, una empresa de origen familiar dedicada a la fabricación y comercialización de embutidos y productos cárnicos, con sede en Peñas de San Pedro.
La empresa nace en 1968 en La Solana como una carnicería, vendiendo sus productos en la localidad y en la Comunidad Valenciana. Tras la jubilación de un familiar, en los años 80 se produce el traspaso a Juan Morote Córcoles, que fue durante unos años autónomo junto a su mujer Dolores Andújar Serrano, que ahora es una de las administradoras. En esa década, concretamente en 1985, por motivos legislativos y sanitarios, tuvieron que hacer una fábrica nueva para adaptarse a la normativa europea y poder vender fuera sus productos.
Ya en los años 90 se forma la actual sociedad mercantil Embutidos Morote y Andújar SL, formada por el matrimonio de Juan yDolores. Cuando llegaba el cambio de siglo, motivos de salud hicieron a Juan dejar la administración de esta empresa familiar, pasando a ser responsables de la misma su mujer y su hija, Yolanda, que se incorporo con 19 años y sigue en la labor hasta la actualidad.
También llegó otra ampliación, con 480 metros cuadrados de sótano para el sacado de jamones y 390 de almacén y despacho. Elaboran actualmente desde embutidos caseros a jamones de curación natural, carnes frescas y adobos. Todos los productos están hechos a la antigua usanza, incluso anteriormente se llegaba a hacer la matanza propia cuando se podían sacrificar los cerdos en los mataderos municipales.
En definitiva, más de 50 años creando embutido de calidad y distribuyéndolos por todos los rincones del país. Según indican, «se han pasado algunas crisis pero con mucho trabajo, esfuerzo y mano de obra» han logrado sobreponerse a todos los inconvenientes que surgen a las pequeñas empresas.
A día de hoy se ha aumentado la plantilla en dos trabajadores fijos y otro temporalmente para suplir vacaciones. Todo esto ha sido posible gracias al trabajo diario de Dolores, durante más de 40 años y de Yolanda, durante más de 20. Además, se trata de dos mujeres que, a pesar de trabajar todos los días, concilian su carrera profesional sin perjuicio de su vida personal y familiar, pues Dolores tiene tres hijos y Yolanda un niño de siete años.