Volvió a perder el Albacete, que no lo hacía desde que cayera, también por 2-1 y perdiendo la ventaja inicial, ante el Espanyol el pasado 7 de abril. Sucedió de forma sorprendente, tras adelantarse pronto en el marcador por medio de Lazo, desperdiciando más de medio partido en superioridad numérica y malgastando un penalti lanzado por Quiles a lo Panenka al inicio del segundo acto. El Málaga, que contaba sus dos partidos previos por empates, sí aprovechó el suyo, en el minuto 94, por medio de Antoñito, para culminar una remontada que dejó con un amargo sabor de boca y sin el coliderato al equipo de Alberto González, incapaz de plasmar en el juego y en el marcador el factor de contar una hora con un futbolista más después de la justa expulsión de Álex Pastor.
En el juego de errores y aciertos que es el fútbol no tardaron en aparecer los fallos y el talento de los contrarios para castigar esos deslices. El primero en equivocarse fue el conjunto malagueño. Un pase hacia la posición del meta Alfonso Herrero obligó al portero a salir de sus dominios y despejar sin la precisión necesaria. El balón enviado al centro del campo lo robó con rapidez el Albacete y Fidel le dio el toque de calidad a la jugada con un pase que dejó a Lazo, que ya había avisado poco antes, en posición franca para batir al meta local. Llegar y besar el santo para el futbolista gaditano: primera titularidad y gol por la vía rápida justo al entrar en el undécimo minuto de juego.
Sin embargo, a los pupilos de Alberto González, que volvía a su tierra para medirse a su exequipo, les duró la ventaja un santiamén. Tras un aldabonazo de Álex Pastor con la cabeza, Dioni penalizó una pifia de Ros en un balón aéreo servido por Antoñito. El ariete de la escuadra blanquiazul no desperdició la concesión, se acomodó el cuero con la cabeza y batió a Raúl Lizoain para devolver las tablas al marcador.
La ebullición se frenó y ambos equipos decidieron volver a cocinar las jugadas a fuego lento para evitar errores. Antoñito, un tormento para la zaga del conjunto manchego, avisó de nuevo. Quiles, a la media hora, mandó la pelota al larguero en un envío al área de Fidel desde la izquierda. La jugada, no obstante, quedó invalidada por fuera de juego del atacante onubense. Otro despiste de Ros, con un balón a su espalda que le cogió a contrapié, lo solventó Raúl con una buena salida cuando Dioni amenazaba de nuevo. También lució el cancerbero grancanario en un remate de Larrubia.
El partido se le puso más favorable al Alba por una entrada temeraria de Álex Pastor sobre Javi Rueda a los 39 minutos. El central del Málaga llegó tarde y su peligroso plantillazo sobre la tibia del jugador cedido por el Celta le costó la tarjeta roja. Javi Rueda, tras ser atendido, pudo continuar el encuentro. Sergio Pellicer recompuso el equipo dando paso a Einar en detrimento de Dani Lorenzo.
Pese a jugar con un hombre menos, fue el Málaga el que más apretó en la recta final del primer acto y Antoñito mandó arriba una falta peligrosa ya en el tiempo añadido. El propio Antoñito, a la contra, pareció haber superado a Jon García, aunque la reacción final del central del Albacete le permitió interceptar el disparo del canterano, que acabó en córner.
Alberto González quiso dar un golpe sobre la mesa con un triple cambio de cara al segundo acto. Los amonestados Jaume Costa y Ros y el goleador Lazo fueron los sacrificados en el intermedio en beneficio de Juan María, Diego González y Morcillo.
Javi Rueda, que había provocado la expulsión de Álex Pastor, le hizo un traje a su sucesor, Einar, y forzó un penalti a los 51 minutos. Quiles lanzó a lo Panenka, aunque sin la precisión necesaria. Alfonso Herrero se recompuso y detuvo el disparo. Del posible 1-2 pudo pasarse al 2-1, aunque el chut de Antoñito no vio puerta por poco.
falto de ritmo. Pese a los cambios el Albacete no parecía que tuviera superioridad numérica. Le faltaba ritmo a la circulación de la pelota y creatividad a la hora de superar las líneas de un Málaga al que la parada del penalti, unida a la implicación de la afición para alentar al equipo, dio impulso extra.
Higinio en lugar de un alicaído Quiles, que no pudo culminar una acción de Juanma y cuyo desánimo al fallar el penalti pareció contagiar al equipo, fue el penúltimo recurso del conjunto de Alberto González para tratar de castigar el cansancio de un rival que también realizó un triple cambio para ganar frescura. El último, Pacheco, sustituyó a Agus Medina, quien cerca de la hora de juego había habilitado con un buen servicio a Morcillo, aunque el disparo salió algo desviado. Tampoco un intento posterior de Javi Rueda había alcanzado el objetivo.
Fue el Málaga, en un exceso de confianza de Raúl ya con Pacheco en el campo, el que pudo marcar en un nuevo intento de un incansable Antoñito. Higinio firmó la dos últimas oportunidades del Alba en el tiempo reglamentario, especialmente nítida la segunda que sacó Alfonso Herrero con el pie derecho.
El desenlace del encuentro resultó inesperado. La afición local reclamó un posible penalti de Juan María sobre Gabilondo en el minuto 89 que el árbitro concedió tras revisar la jugada por el aviso del VAR. La pena máxima, lanzada por un pletórico Antoñito en el minuto 94, supuso el 2-1. Su disparo ajustado al palo derecho tumbó al Albacete pese a la buena estirada de Raúl Lizoain.