El pasado lunes finalizaba la campaña estival contra incendios forestales. La campaña que se inició el 1 de junio, en lo que es la región contó con un presupuesto de 112 millones de euros, casi un cinco por ciento más que el año pasado, con unos 3.000 efectivos en activo y con 249 medios, entre terrestres y aéreos. En lo que es Albacete y su provincia, estamos hablando de un presupuesto de 22 millones de euros, de 73 medios aéreos y terrestres y más de 500 profesionales, porque, como manifestó el delegado de la Junta en esta provincia, Pedro Antonio Ruiz Santos, en las primeras semanas de esta campaña, «si hace muchos años dejábamos que el incendio acabara donde tenía que acabar, ahora intentamos controlarlo cuanto antes y finalmente extinguirlo».
No obstante, el balance a hacer de lo que ha dado de sí esta campaña en nuestra provincia, en opinión de la delegada provincial de Desarrollo Sostenible, Llanos Valero, no sólo es muy positivo, sino que, además, añade, «es uno de los mejores, o mejor dicho, es el mejor de la última década, sin duda, porque pese a que el peligro de incendios era alto y extremo en verano, ha habido pocos fuegos y se han quemado pocas hectáreas, algo, por otra parte, a destacar, porque a veces pocos incendios pueden dar lugar a mucha destrucción forestal pero en este 2024, de momento, no está siendo así». Hasta el pasado lunes, en nuestra provincia se habían registrado desde el inicio de este año 12 incendios de más una hectárea que se ha llevado por delante 239 hectáreas, de las cuales, sólo 144 corresponden a arbolado, así como 48 conatos o avisos.
Sea como sea los incendios más grandes que se han dado en esta provincia en coincidencia con los meses estivales, o mejor dicho, con la época de mayor riesgo, se declaraban a mediados de julio en Hellín, concretamente en la pedanía de Mingogil, con 103 hectáreas afectadas, a principios de agosto en Tobarra, con 39,1 hectáreas afectadas y en los primeros días de junio en Chinchilla, concretamente en terrenos del Cenad, con 30 hectáreas quemadas.
Junto ellos, igualmente destaca, por un lado, no por las hectáreas arrasadas con tan sólo unas 10, sino por la orografía del terreno en el que se localizaba el que se originó en el Cortijo Tortas en Paterna de Madera en la primera semana del pasado mes. Y por otro, el hecho de que, al margen de sus actuaciones en la provincia, gente de Albacete también ha estado apoyando con su labor a sofocar incendios en Ciudad Real como el que se localizó en la localidad de Argamasilla de Calatrava o en Cuenca, por lo que a la región manchega se refiere.
El año pasado, por contra, desde el 1 de enero al 30 de septiembre los avisos o conatos que se habían registrado eran 54 y 21 los incendios igualmente de más de una hectárea los que se localizaron en esa ocasión con 381 hectáreas arrasadas en total. Cabe apuntar a este respecto que el incendio más complicado que se registró el pasado año se localizó en el paraje de Fraguas en mayo, con más de 200 hectáreas quemadas, mientras que el primer incendio que se había registrado en la provincia en el 2023, tuvo lugar el 28 de febrero, concretamente de nuevo en la pedanía hellinera de Mingogil, aunque en aquel entonces afectó a sólo 17 hectáreas.
Hay incendios, como se ha mencionado, en zonas arboladas pero también, informa la delegada, muchos de los incendios se originan a las afueras de los municipios en zonas que son de cultivo y que, por otra parte, «la única opción que tienen, digamos, para extenderse es a través de espacios forestales».
Detrás de ellos, está la mano del hombre, bien sea directa o indirectamente, vía la maquinaría que está usando en ese momento o la simple tirada de una colilla allí no debiera, y luego están las tormentas secas y sus rayos. No obstante, «al menos uno de los incendios forestales de este año se está investigando como provocado».
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