La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes y Biotecnología de Albacete acogió ayer la jornada Rompiendo techos de cristal, casos de éxito organizada para romper un grave desequilibrio e el seno de la UCLM.
«Ahora mismo, el porcentaje de mujeres estudian ingeniería es menos del 30%», señalaba su directora, Ana Soler, poco antes de su inicio «y por desgracia la tendencia que tenemos es a la baja».
Para despertar vocaciones femeninas en carreras científicas y tecnológicas, la Etsiam invitó ayer a estas jornadas a dos antiguas alumnas, una procedente del sector público y la otra del privado: Gracia Canales y Lydia Seller.
Canales es ingeniera agrónoma y, ahora mismo, es la viceconsejera de la Política Agraria Común y Política Agroforestal de la Junta, mientras que Seller es ingeniera forestal, si bien ahora trabaja en el campo de la ingeniería de construcción.
«La primera mujer que conocí que estudiase ingeniería fui yo misma, siempre pongo ese ejemplo», señalaba Canales, «y por eso valoro mucho iniciativas como la de hoy, para enseñar que es posible tener un desarrollo profesional en estas carreras».
Eso no quiere decir, remarcaba la viceconsejera, que no haya dificultades y problemas a superar, espacios por corregir, pero es una lucha que debe librarse, no sólo por las mujeres, sino por la sociedad entera, en su conjunto.
«Para mí, es evidente que si no logramos que haya más mujeres en estas disciplinas, permitiremos que hay una pérdida de talento, si somos el 52% de la población y menos del 30% de estas profesiones, hay talento que se frustra, que se pierde, y eso lo pagamos todos».
Por su parte, Seller explicaba que «mi experiencia es la de moverse en un sector muy masculinizado», indicaba Seller, «en el que nos hemos tenido que enfrentar a grandes retos; pero también quiero trasmitir que en mi caso, no solo yo, sino el equipo con el que trabajo hemos conseguido romper el techo de cristal».