El sábado, el matador albacetense Cristian Pérez firmó una importante actuación en la plaza de toros de Cercedilla dentro del certamen de la Copa Chenel, con un balance de vuelta al ruedo y oreja, que pudieron ser más de no haber fallado con la espada en su primero y la gran petición de la segunda oreja en el que cerraba el festejo que el presidente no atendió, por lo que hubiese habido puerta grande. Pero sin atender a esas circunstancias, lo importante fue la gran imagen y evolución que demostró el torero hellinero, que desplegó un toreo cargado de técnica y valor, que le hizo resolver y transmitir, dando una imagen de torero hecho y solvente a pesar de los pocos festejos toreados desde su alternativa, de la que se cumplirá un año en los próximos días. Hemos podido conversar con Cristian sobre la tarde de Cercedilla y la próxima en Hellín, el sábado 23.
«Creo que fue una gran tarde en la que dimos una imagen muy positiva, buena y de evolución. Era el tapado del cartel y fue una sorpresa grata para los aficionados».
Hablamos del primer toro. «El primer toro venía dormido y había que traerlo con la cara a su altura, consintiéndole mucho porque venía por dentro, pero cuando lo consentías tenía ese fondo de nobleza y al final creo que estructuré una faena inteligente de menos a más terminándola a buena altura. La pena fue que no me ayudó para matar y vinieron los pinchazos arriba, antes de la estocada, perdiendo el triunfo con ese toro».
El toro venía andando y había que tragar. «La gente estaba inquieta con el toro pero yo me encontré a gusto, porque desde el principio sabía lo que me jugaba y que había que transmitir mucha seguridad».
El segundo. El segundo toro tuvo más teclas. «El segundo, de Alcurrucén, fue el típico toro de Núñez, costoso en los primeros tercios y lo que había que hacerle al toro de inicio era poderle por abajo y demostrar quien mandaba ahí. A base de capacidad, temple y técnica, creo que hubo momentos altos en la faena, sobre todo con mucha cabeza e inteligencia, ya que había que hacerle las cosas muy bien porque el toro tenía todo dentro y por eso tuvo tanto mérito la faena. Las bernardinas del final, estaba ya tan entregado al toro, que me daba ya igual todo y había que echar los restos y llegaron muy fuerte al tendido. Cuando cogí la espada había que hacer el último esfuerzo, no se me podía escapar y lo maté muy bien por arriba y se pidieron las dos orejas con mucha fuerza y el presidente consideró no concederla. Pero lo importante es el impacto del público por la capacidad con ese toro y sobre todo por transmitir que no me costará hacer el esfuerzo que estaba haciendo».
Se pone bien para la clasificación en el certamen de la Copa Chenel. «Tenemos fe y esperanza y aunque lo podíamos haber dejado mejor, toca esperar con esa incertidumbre». Aquí hay que aclarar que cuando el jurado dictamine el clasificado, se habrá cerrado la edición del periódico.
El sábado que viene torea en Hellín con Manuel Escribano y Borja Jiménez y toros de la Palmosilla. «Me hace especial ilusión torear en mi pueblo en un cartel de aficionados buenos en el que me va a tocar otra vez mantener el nivel de estos años atrás y sobre todo mostrar ese crecimiento del que hablamos en estas corridas y dar una buena imagen al aficionado, a mi gente y que puedan seguir confiando en mí. Hay Cristian para rato y no sólo está el Cristian con valor y ganas, sino que hay un torero con capacidad, técnica, temple, que sabe utilizar la cabeza».