Los alojamientos de turismo rural de la provincia de Albacete experimentaron en el arranque de año un descenso en el número de viajeros y pernoctaciones respecto al mes de enero de 2024, que fue más acusado respecto a diciembre, pero hay que tener en cuenta la coyuntura, ya que el último mes del año tiene los incentivos de un puente al principio y de las fiestas navideñas en la recta final. Viendo la comparativa del mes de enero de los últimos años, con la excepción de 2021, el más afectado por la pandemia, en 2022 y 2023 se experimentó un incremento considerable, pero 2023 ya registró un descenso que también se repite este año, en el que hay que recordar que los datos del paro de ese mes recogen que en el aumento del desempleo fue el sector Servicios el más castigado. Por contra, el mes de enero sí dejó una subida de viajeros en los apartamentos turísticos, aunque también hubo en este apartado un descenso en la cifra de pernoctaciones.
Otro aspecto a tener en cuenta, en el caso de la provincia de Albacete, es que enero es el que registra las cifras más bajas de todos los meses y son los dos de verano por excelencia, julio y agosto, además de diciembre, los tres que más visitantes y pernoctaciones registran, por lo que se puede hablar de una estacionalidad, claramente marcada por las vacaciones de verano y las fiestas navideñas, algo en lo que se debe trabajar en aras de conseguir que en el resto de meses, sobre todo en los iniciales del año, los números mejoren. En este contexto, el mes de enero es en el que se celebra la Feria Internacional de Turismo, Fitur, en la que una vez la capital y la provincia estuvieron presentes para hacer pública su oferta turística y, en el apartado rural que nos ocupa, fueron varias las novedades presentadas con el fin de conseguir que sean más los turistas que se animen a visitar la provincia.
Otro dato revelador es que la inmensa mayoría de usuarios de alojamientos de turismo rural son residentes en España y el porcentaje de residentes en el extranjero es muy bajo, por lo que es un campo potencial sobre el que trabajar, ya que tiene un amplio margen de mejora en sus cifras.
Tras el mes de enero, el de peores cifras, como ya se ha indicado, febrero y marzo mejorarán ligeramente. Es a partir de ahí, con un abril que este año tiene en la Semana Santa un buen incentivo, cuando hay que trabajar de forma firme, tanto los empresarios implicados como las distintas administraciones, para conseguir que el turismo rural se afiance en nuestra provincia y, si es posible, que al cierre del año las cifras de 2025 sean mejores que las de 2024, porque las bases están puestas y la provincia cuenta con suficientes atractivos para que así sea.