Molina y Sergio Felipe salen en hombros en Villamalea

Pedro Belmonte
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Los albacetenses pusieron todo de su parte para conseguirlo con un encierro falto de casta y fuerzas

Los toreros en hombros en la plaza de Villamalea.

Con media plaza cubierta se lidiaron en Villamalea cuatro toros de José Cruz, de poco contenido y buena presencia y dos novillos de El Añadio que dieron buen juego para rejones. Buena temperatura, aunque el viento molestó en algunos momentos de la lidia.

El primero de Molina se hizo daño de salida y pareciendo que se había recuperado siguió en la plaza, aunque siempre acusó la caída y se le midió en un puyazo en buen sitio y breve de Pedro Pío, siendo complicado de banderillear al faltarle pujanza, esperando y cortando. En la muleta no tuvo ninguna opción el torero aunque lo intentó pero pronto se resintió de la caída, sin poder darle ni un muletazo, ya que más tiempo estuvo en el suelo que de pie, por lo que Molina abrevió de una estocada casi entera de rápido efecto, con silencio como resultado. 

Cuajado y justo de fuerzas fue el quinto de la tarde con el que puso toda la carne en el asador Molina. Lo lidió muy suave y medido Javier Esperanza y Caco Ramos clavó dos buenos pares de banderillas, llegando a la muleta con nobleza pero sin sobrarle las fuerzas, lo que corrigió el torero a base de temple, suavidad y entrega, acortando las distancias con valor, metido entre los pitones hasta que le tocaran la taleguilla. Se resarció de las nulas opciones con el primero de su lote, demostrando que no está en esto de paseo, tirándose a matar muy derecho, cobrando una gran estocada en su sitio y cortando las dos orejas. 

No estuvo sobrado de fuerzas el primero del lote de Sergio Felipe, que descabalgó a Richar tras un puyazo bien colocado y medido. Llegó a la muleta con nobleza aunque no derrochó boyantía, pero Felipe le cuajó una faena de buena compostura a base de temple, buena colocación y valor, que hizo valer al toro debiendo ir acortando distancias para terminar el trasteo en las cercanías. Mérito del torero por encima de las condiciones del toro. Pinchazo, media y dos descabellos necesitó para terminar con el tercero de la tarde, cortando una oreja. 

Flojo y descastado fue el que cerró la corrida un animal que además se lidió con muy poca luz y con el que Felipe quiso y no le dio demasiadas opciones, por lo que tuvo que meterse entre los pitones y pegarse un arrimón para que Molina no saliese solo por la puerta grande. Toro con cuajo pero con poco contenido, debiendo poner Sergio Felipe todo de su parte ya que el de José Cruz poco puso, medias arrancadas y nobleza, ya que eso si tuvo el animal. El de Alcadozo demostró que tiene sitio a pesar de que está nuevo como matador de toros, matándolo de una estocada casi entera de rápido efecto, que le hizo pasear otra oreja acompañando a Molina en su salida en hombros. 

Abrió plaza el joven rejoneador malagueño Francisco Martín, ganador del ultimo certamen Promesas del Rejoneo, quien demostró buenos conocimientos de monta, aunque estuvo irregular clavando tanto rejones como banderillas. Conforme fue transcurriendo la lidia fue centrando su dominio, llegando al final del tercio de banderillas con mejor son y colocando mejor y más arriba los garapuyos, no estando acertado con el rejón de muerte, silenciándose su labor. 

Más entonado anduvo Martín con el cuarto, templando y clavando arriba, conectando con el tendido y volviendo a demostrar pericia en la monta y buena doma de las monturas. El novillo de El Añadío, coquilla puro, tuvo prontitud y embistió templado, por lo que el malagueño se adornó antes del rejón de muerte con dos cortas y una rosa. Volvió a no acertar con el de muerte y escuchó palmas.