Hevia: "Para la música es necesario tener talento"

Virgilio Liante
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Académico de honor de la Academia de la Lengua Asturiana. Es famoso por inventar junto a Alberto Arias y Miguel Dopico la «gaita electrónica multitímbrica» MIDI. De noviembre de 2018 a febrero de 2019 fue presidente de la SGAE.

Hevia: "Para la música es necesario tener talento"

Cuando se cumplen 25 años de la edición del mítico Tierra de nadie, el gaitero asturiano que revolucionó el folk con la gaita electrónica y ha vendido más de tres millones de discos en todo el mundo, interpreta en concierto, acompañado de su banda habitual, los temas que le han hecho popular y que ya forman parte del  folk internacional. Mañana actuará, a las 20 horas, en el Teatro Circo.

¿Cómo están funcionando las giras?

Yo cuando vine en el año 96 para grabar un disco, creía que estar dos meses en Madrid y, sin embargo, me he quedado aquí todo este tiempo. Y desde 1998 que salió Tierra de nadie estamos en gira interrumpida. Eso sí este año 2023 es un año de mucho trabajo, de recuperación de antes del COVID porque estamos haciendo gira porque se cumplen 25 años de aquel disco de Tierra de nadie.  

 

Discográficamente lleva parado bastante tiempo. ¿Por qué tanto espacio entre disco y disco?

Creo que en esta música no es necesario tener un disco sonando en el Top 10 de 40 Principales para estar girando, para hacer decir cosas nuevas y estar girando. Lo que sí he renovado es repertorio en gira, lo que sí he hecho ha sido Al son del invierno hace unos pocos años, recopilando la historia de los gaiteros que se fueron a América con la emigración y yo tengo muchísimo material nuevo en la gira, pero que no ha tenido todavía formato de disco. Ahora mismo yo tengo dos discos en cartera, pero no sé cuando tendré tiempo para sacarlos.    

¿Qué le debe a los escoceses?

A los escoceses les debo un ejemplo desde hace 40 años en los que empecé a ver esas agrupaciones en el Festival de Lorient (Bretaña) en torno a la gaita. Es un ejemplo de cómo con un instrumento tradicional se puede conquistar el mundo.    

¿Qué cosas le arañan en su vida?

Creo que como a cualquier persona, el enfrentares al mundo cotidiano encuentras gente buena y gente menos buena. Me araña la injusticia, por ejemplo que haya un pueblo como ucrania hoy en día sometido al matón de turno.

    

¿Qué le parecen las gaitas electrónicas que tan de moda están en la actualidad?

La trabajamos como herramienta en el año 1994 y se fue abriendo camino en mi discurso musical. Ha pasado un poco como el inventor del futbolín que era un hombre de El Escorial que tenía una minusvalía y no podía jugar al fútbol. Lo patentó, pero empezaron a surgir carpinteros que hacían futbolines en todas las partes de Europa. Y eso se convirtió en algo habitual. Con la gaita pasa más o menos lo mismo. No es más que la normalización de un hecho controvertido, innovador, y yo creo que un poco hereje, pero con el paso de los años se va a abriendo camino en este tipo de músicas.     

¿Se hace buena música?

Yo creo que sí. Lo que tenemos es las generaciones de más edad prejuicios respecto a lo que se está haciendo, eso ocurrió con el advenimiento del rock, con el advenimiento del pop, incluso con el reggaeton, seguramente el paso de los años dejará buenas canciones y con el paso de los años dejará una criba. También tenemos que pensar que la gente que hace música hoy en día tiene mucha más preparación que antes.    

¿Dónde piensa que se hace la mejor música?

Hoy en día en casa de cada uno. Tengo ofertas para colaborar con gente, pero ya nadie dice «y te vienes por aquí, alquilamos un estudio». Ahora dicen:«Me mandas un archivo de audio y yo lo incorporo en mi playback y sin verte las caras estás colaborando».    

¿Le parece lógico cómo funciona la industria discográfica?

Yo creo que nunca tuvo lógica, ni cuando era industria discográfica, ni ahora que es digital. No creo que haya tenido lógica nunca, la música son sentimientos por parte de quién los crea para despertar sentimientos en quién lo escucha. Para la música es necesario el talento, ya que sin él no hay nada que hacer, y otra cosa vital es la suerte.    

Ha conseguido discos de oro y platino en Italia, Hungría, Bélgica, Dinamarca o Nueva Zelanda. ¿Qué hay que hacer para que la música guste en tantos sitios?

Si lo supiera quizás me dedicaría a escribir manuales para músicos. No creo que haya una fórmula, no la controlo al menos.  Sí es verdad que nosotros tocamos bastantes veces fuera de España, lo cuál nos ayuda a mantener esa gira y sí es verdad que tengo que entretener a la gente durante hora y media con una gaita y un tambor y sin cantar. Lo cuál a priori es un reto, aunque también me permite tocar en Japón o tocar en Alemania sin tener que el público comprenda una letra. Y luego la música tradicional tiene un componente de conexión entre el que la escucha y la tierra, incluso la suya propia. Puedes escuchar a un gaitero del centro de Francia y sentirte conectado a tus jotas de Albacete perfectamente. Antes de Internet ya estaban muy interconectados. Antaño las fiestas se parecían mucho en sitios muy diferentes.

¿Empezó a tocar de chaval?

Tú miras nuestro álbum familiar de María José, de mi hermana y el mío y en la mayoría desde que teníamos dos años llevábamos el traje de asturianos. Entonces estábamos todo el día de romería y cuando empezamos a hacer música con nueve o 10 años en vez de coger el piano o la guitarra, cogíamos la gaita y el tambor.  

El humor y la retranca siempre estuvieron cerca del gaitero.

Es un instrumento muy de juerga. Yo creo que hay que felicitarse que durante tanto tiempo la gente haya aprovechado para pasarlo bien.

Usted comenzó como un ciclón y ahora la tormenta se ha calmado. ¿Prefiere el ciclón o la calma?

No sé responderte. Un músico siempre quiere que le vaya bien en su trabajo, pero dicho esto yo quiero dar un paso atrás ahora mismo porque me daría mucha pereza. Si me encuentro bien con mi trabajo y el público sale contento de él. Esa es la mayor riqueza para un músico y tener cierta estabilidad.