Si todo va bien, y de momento va bien, ayer se celebraron los últimos miércoles de Chinchilla sin declaración de interés turístico regional. La fuente de la noticia es más que fiable, porque procede del Gobierno regional, que es precisamente quien tramita esta asunto.
Para ser precisos, el culpable de este anuncio fue el delegado provincial de la Junta en Albacete, Pedro Antonio Ruiz quien visitaba la localidad junto al alcalde, Francisco Morote, quien hacía las veces de cicerone por varios de los rincones de la localidad.
Pero empecemos por el principio. En Chinchilla, un miércoles es mucho más que un día. Se trata de un grupo de figuras de tamaño natural, que forman una escena que además tiene diálogos, con la forma de los bocadillos propios de los antiguos tebeos.
Su nombre se debe a que se montan el miércoles de Carnaval. Las escenas pueden ser alusiones irónicas a la realidad local, regional o nacional; escenas costumbristas o personajes de la cultura popular. Como ayer era 14 de febrero, también aparecía San Valentín.
«No es fácil hacer un miércoles, y no digamos ya casi 35, como este año», señalaba una de las artífices, «porque tienes que hace uno diferente cada año y, además, tienes que hacerlo bien, desde la idea inicial hasta su ejecución final».
De hecho, señala, el proceso como tal comienza mucho antes del Carnaval, en torno al mes de noviembre. Se desconoce cuándo se empezaron a montar; no obstante, y a pesar de su arraigo, casi se perdieron a mediados del siglo XX pero en los años 90 regresaron.
El revival de los miércoles fue posible a la Asociación Antigua Tradición que, encabezada por Fina Ortega, los recuperó. Tras la pandemia, las Amas de Casa y el Ayuntamiento recogieron el testigo, como recordaba el alcalde chinchillano, Francisco Morote.
Únicos en la región. «Hubo dos años en los que no pudimos montarlos, pero por fortuna no sólo los hemos recuperado, sino que estamos con todo el trámite de una declaración de interés turístico regional», ya que es una costumbre «única» en toda la comunidad.
Respecto al desarrollo del trámite, Morote hizo un regate y le pasó el balón, como quien dice, al delegado de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, quien se mostró bastante optimista acerca del resultado de las gestiones para conseguir esta declaración para la tradición de los miércoles.
«Llevamos ya unos años de trabajo con el Ayuntamiento de Chinchilla, estos expedientes son muy complejos y exhaustivos», recordó Ruiz Santos, «y a falta de unos papeles, creo que en los próximos meses llegará la declaración, así que si todo va bien, como espero, éste será el último año antes de que los miércoles sean definitivamente de interés turístico regional».