Los ciudadanos de la Unión Europea tienen libertad de movimiento en los países de este 'club'. Eso, además de la cercanía, seguramente haya hecho que los países comunitarios sean el origen de la mayoría de la población extranjera que reside en Castilla-La Mancha. Según los resultados definitivos de población del Instituto Nacional de Estadísticas, el INE, hay 77.026 viviendo en la región, con datos a 1 de enero de 2023.
Sin embargo, puede que dentro de unos años esto no sea así y la inmigración de la Unión Europea pierda el primer puesto del podio. Y es que Castilla-La Mancha está perdiendo inmigrantes comunitarios, mientras que la llegada de población del resto de áreas geográficas del mundo sí sigue al alza.
Cinco años atrás, el 1 de enero de 2018, los residentes procedentes de otros países de la UE sumaban 81.513 residentes. Y si nos retrotraemos una década, el 1 de enero de 2013 eran 102.431. En diez años se han perdido 25.405 ciudadanos comunitarios, lo que supone una caída del 24 por ciento.
La mayoría de los inmigrantes de la UE que hay en Castilla-La Mancha, y con diferencia, son los rumanos. Con datos del INE de 2022 son 60.132, pero la cifra ha ido a la baja durante la última década. Lo mismo ocurre con los búlgaros, que están en algo más de 5.000, cuando hace una década, rozaban los 9.000.
Fuera de la Unión Europea, pero procedentes del Viejo Continente, destaca la inmigración ucraniana. En 2022 había 3.845 ucranianos en Castilla-La Mancha. El Brexit, por su parte, no se ha notado de manera excesiva en la recepción de población británica. En 2022 había 968, pero es que una década antes sumaban 1.150.
Suben los marroquíes, chinos y venezolanos. A diferencia de lo que ocurre con la inmigración de la Unión Europea, el resto de los bloques geográficos sí van in crescendo. La población africana, por ejemplo, suma 54.765 habitantes en la región, con dato a 1 de enero de 2023. Hace diez años eran 43.530. Destaca sobre todo la inmigración marroquí, con 40.470 residentes en Castilla-La Mancha según el dato del INE de 2022, lo que representa un incremento de 4.000 habitantes en diez años.
Por bloques, la inmigración procedente de Centroamérica y Caribe ha pasado de 6.312 residentes en 2013 a 11.678 en 2023, casi el doble. En el caso de Sudamérica, ha crecido de 40.298 a 55.140. Mirando los datos por países, destaca la presencia de colombianos, con 13.873 residentes, una cifra similar al 'techo' de colombianos que tuvo la región en 2009, con 13.033. En el caso de Ecuador, en cambio, la cifra ha bajado. En 2022 eran 4.221, bastante menos que los 14.052 que había en 2009. Entre la población que sí sube está Perú, con 5.278 residentes en 2022, y sobre todo Venezuela. En 2012 había 1.208 venezolanos en Castilla-La Mancha y diez años después son 6.048.
La inmigración procedente de Asia también crece, aunque su presencia es menos significativa cuantitativamente. En 2013 sumaban 7.123 residentes, mientras que en 2023 esta cifra asciende a 9.933 asiáticos. La culpa de este incremento la tienen sobre todo los chinos. En 2022 eran 6.048, mientras que diez años atrás sumaban 4.718. También ha habido un crecimiento en población pakistaní. En 2012 había 1.083 en Castilla-La Mancha y diez años después son 1.485.