El miércoles falleció en Albacete el compositor, autor y educador Antonio Martínez Lorente, a consecuencia de un infarto, a la edad de 66 años, confirmó a La Tribuna de Albacete su hijo Alberto.
Antonio Martínez Lorente fue un enamorado de la música, de la composición y era autor, de numerosas obras, con una trayectoria personal ligada a la educación, como educador y profesor de teatro en el Giner de los Ríos de la capital, donde dejó una imborrable huella por su labor y montó numerosas obras teatrales.
Él era un gran músico, con importantes premios en su trayectoria, ligado durante toda su vida a varios grupos, como Voces de La Mancha o Música Viva. Comenzó en el mundo de la música muy joven, por herencia familiar, por su abuela y su padre, que le enseñó música y, además tenía como referencia a su «tío Pepe», que ya compuso una zarzuela y siempre quiso hacer otra que estuviese a la altura, algo que consiguió, sin lugar a dudas, en La hostería del manchego, que estrenó con gran éxito, letra y música propias, en la Casa de Cultura José Saramago, en mayo de 2014. La composición y escritura han sido señas de identidad en la trayectoria artística de Antonio Martínez Lorente, incluso adaptándose a la ceguera, con un gran amigo y ayudante, Juan Navarro, un apoyo en el proceso creativo.
Antonio Martínez Lorente ha dejado importantes producciones en el teatro de Albacete, con estrenos en la Casa de Cultura José Saramago y en el Teatro de la Paz, donde llevó en 2018, en marzo, Euterpe. Una musa enamorada, una comedia musical, con la que también logró un gran éxito, con una partitura moderna, con la música pop como protagonista absoluta.
La comedia es otro de los géneros a los que se acercó el compositor, con piezas como Maruja contra maruja, que estrenó con carácter benéfico. El propio autor y compositor advertía que «he escrito una comedia musical totalmente loca disparatada». El músico cultivó distintos géneros, incluso el pasodoble, ya que compuso la letra y música del Pasodoble a la Virgen de Los Llanos, que cantó Santiago Bonilla, y del que hizo 1.000 copias que distribuyó gratuitamente, ya que en éste, como en otros proyectos que emprendió, no había animo e lucro. Fuentes familiares comentaron que, como enamorado de la música, no dejó en ningún momento la composición ya que estaba muy ilusionado con una nueva obra, de la que también era autor de letra y música, Mariana Pineda, un proyecto bastante adelantado que estaba perfilando, en este caso, también comedia musical.