Los cuentos lo pintaron como un 'lobo feroz', pero Féliz Rodríguez de la Fuente mostró lo sorprendente que es esta especie y el riesgo de extinción que se cernía sobre ella precisamente porque durante décadas había sido el 'enemigo' de los pastores. En 2014 en Castilla-La Mancha solo se contabilizaba una manada exclusiva en la región, en la zona de Guadalajara, y otra compartida con áreas limítrofes de otras regiones también por Guadalajara. Seis años después se estima que el número de manadas está entre dos o tres, una cifra pequeña en comparación con las 90 de Galicia o las 179 de Castilla y León. De hecho, la presencia de manadas en Ávila, por ejemplo, podría llevar con el paso del tiempo a una expansión de esta especie en zonas en las que había desaparecido como el norte de la provincia de Toledo, en la comarca de la sierra de San Vicente.
Aunque su presencia en Castilla-La Mancha no es importante, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara denuncia todos los años ataques de lobos al ganado. El pasado 2024, por ejemplo, fueron en Atienza, Condemios de Arriba, Robledo de Corpes o Arbancón.
Para que el lobo ibérico siga recuperándose como especie, pero a la vez se proteja los intereses de los ganaderos, la Consejería de Desarrollo Sostenible está explorando nuevas vías y medidas. Una de ellas sería la de hacer radioseguimiento para monitorizar los movimientos de los lobos. Es una iniciativa que la Junta se plantea llevar a cabo este año. Por eso la ha incluido en su Plan Anual de Contratación, con una cuantía prevista de 100.000 euros, con la idea de sacarla a licitación en el segundo trimestre y con un plazo de ejecución de tres meses.
En Castilla y León ya están haciendo algo así. El pasado año llegaron al centenar de lobos radiomarcados con GPS. En el caso de Castilla-La Mancha desde la Consejería de Desarrollo Sostenible apuntan que también se estudiaría colocar esos collares en el ganado, como es en el caso de las vacas, con el objetivo de que los ganaderos también puedan controlar su cabaña.
Indemnizaciones y ayudas para mastines. Esta propuesta de radioseguimiento a los movimientos de los lobos no será la primera medida que se toma en Castilla-La Mancha para prevenir los ataques al ganado o al manos compensar las pérdidas. En diciembre, por ejemplo, se sacaron las ayudas de indemnización por ataques de lobos, con 110.000 euros. Estas ayudas antes se concedían solo para Guadalajara, pero desde 2023 se extendieron a toda Castilla-La Mancha. También se han concedido subvenciones para el mantenimiento de perros mastines que ayuden a los ganaderos en la protección del ganado en las zonas de riesgo por la presencia de lobos.
La recuperación de la especie del lobo ha motivado también a los investigadores a explorar posibles soluciones para asegurar su convivencia con la producción ganadera. Uno de los experimentos más originales se está desarrollando precisamente en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), en Ciudad Real. Están trabajando en la técnica de la aversión condicionada, que consiste en generar en un animal un rechazo hacia un tipo específico de alimento a raíz de una ingesta puntual con dicho alimento que le genera algún tipo de malestar intenso y breve. Si esa sustancia química se introduce, por ejemplo, en carne de oveja, lo que se conseguiría es que, de una manera totalmente inconsciente, cuando ese lobo tenga la oportunidad de volver a comer una oveja, rechazará su consumo.
Seguimiento de aves y analítica del lince. El Plan Anual de Contratación de la Junta para 2025 revela otros proyectos que tiene previsto realizar la Consejería de Desarrollo Sostenible para el seguimiento y protección de la biodiversidad en la región. Por ejemplo, sacará un contrato de analítica del lince ibérico por 30.000 euros. También hará seguimiento de aves acuáticas amenazas por 150.000 euros. Otro de los proyectos que licitará es el del estudio hidrobiológico en la zona del Alto Tajo hasta Entrepeñas y el Río Mesa por 180.000 euros.